Historia de los Libros de Texto Gratuitos

Historia de los Libros de Texto Gratuitos
La historia de los Libros de Texto Gratuitos se remonta a 1833 con la creación, por parte de Valentín Gómez Farías.

Ante la polémica que desató la oposición por los nuevos libros de texto gratuitos de la Secretaría de Educación Pública (SEP), que estuvieron a cargo de Marx Arriaga, director de Materiales Educativos, es importante conocer cómo es que surgieron los libros de texto en México.

La organización civil Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF) comenzó con las críticas hacia los nuevos libros, sin embargo, académicos, políticos y medios de comunicación también realizaron sus comentarios, tachándolos de «comunistas».

Antecedentes de los Libros de Texto Gratuitos

La historia de los Libros de Texto Gratuitos se remonta a 1833 con la creación, por parte de Valentín Gómez Farías, de la Dirección General de Instrucción Pública, que tenía como objetivo proporcionar libros de enseñanza gratuitos, meta que no se logró

El surgimiento de la Secretaría de Educación Pública (SEP), en 1921, marcó el inicio de ediciones educativas que reflejaban el sentido social de la Revolución Mexicana. Bajo la dirección de José Vasconcelos, se produjeron célebres ediciones como el Libro Nacional de Lectura y Escritura, distribuido gratuitamente en un millón de ejemplares durante su paso como rector de la UNAM.

La SEP también reeditó la Historia Patria y la Historia General de Justo Sierra, y la revista gratuita El Maestro, con su suplemento Aladino, alcanzó tirajes de 75 mil ejemplares.

En 1932, se publicaron libros de lectura para los dos primeros años de primaria, distribuyendo 182 mil ejemplares gratuitos. El Departamento de Educación Rural lanzó el libro Fermín, ilustrado por Diego Rivera, con 400 mil ejemplares destinados a escuelas rurales.

Posteriormente, con la modificación del artículo 3 de la Constitución Mexicana, se buscó implementar la «educación socialista», lo que llevó a la creación de nuevos planes de estudio y, en consecuencia, la necesidad de nuevos textos educativos.

Libros costosos

En la década de 1950, México enfrentó el problema de la carestía de libros escolares, lo que dificultó el acceso a la educación para muchos. Empresarios, profesores y el Estado buscaron soluciones para abaratar los costos de producción y distribución de los libros.

A pesar de los esfuerzos, las regulaciones estatales no siempre fueron efectivas y factores como el costo del papel y la mano de obra también influyeron en la situación. La presencia de editoriales mexicanas y consorcios internacionales, incluido España, afectaba los precios.

Asimismo, el sector editorial de libros escolares en México enfrentó tres acusaciones: ser un monopolio en manos de extranjeros, aumentar los precios de sus productos y dificultar la inclusión de editoriales mexicanas en las listas oficiales de libros de texto de la SEP.

Editoriales españolas producían los libros de texto

En la década de 1950, existían comisiones que evaluaban qué libros de texto eran apropiados para las escuelas primarias. Asimismo, en 1954 se fundó la Comisión Revisora de Libros de Texto y de Consulta para elaborar el catálogo oficial de libros escolares.

En ese momento, varias editoriales españolas radicadas en México tenían una presencia significativa en el mercado y en las listas oficiales de la SEP. Algunas editoriales mexicanas se quejaban de que estas editoriales españolas recibían un trato favorable y que se eliminaban títulos de autores mexicanos bajo criterios poco claros.

Creación de la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos

En 1959, el presidente mexicano Adolfo López Mateos creó la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (Conaliteg) para proporcionar educación obligatoria y gratuita a los mexicanos. El programa distribuía libros de texto gratuitos y únicos para todos los alumnos de primaria, eliminando distinciones entre escuelas públicas y privadas. Esto generó controversia y críticas, especialmente de empresas editoriales que perdieron mercado.

Solo mexicanos de nacimiento participaban en los libros de texto

En 1959, López Mateos ordenó imprimir 16 millones de ejemplares de libros de texto gratuitos. Por ello, Martín Luis Guzmán, quien presidía a la Conaliteg convocó a escritores y pedagogos mexicanos para redactar los libros de texto y cuadernos de trabajo gratuitos para la educación primaria.

Sin embargo, solo se permitió la participación de mexicanos por nacimiento, excluyendo a extranjeros y naturalizados mexicanos. Esta restricción se interpretó como una medida para favorecer a autores y editores mexicanos. A pesar de las tensiones y efectos negativos en algunos sectores, el LTG también generó oportunidades para ciertos autores y editoriales en el gremio.

CONALITEG: organismo autónomo

El 20 de febrero de 1980, mediante un decreto del presidente José López Portillo y con Fernando Solana Morales como secretario de Educación, la CONALITEG se transformó en un «organismo descentralizado, con personalidad jurídica y patrimonio propios». Su principal objetivo es la edición e impresión de los libros de texto gratuitos y materiales didácticos similares.

Con el paso del tiempo, la iniciativa del libro de texto gratuito se amplió para incluir también la educación secundaria.