Ningún gobierno como el actual había tomado tan en serio el combate al crimen organizado que domina territorios municipales en el sur y norte del Estado de México. La detención de los directores de seguridad pública de Aculco, Tlatlaya, Coatepec Harinas, Acambay y la búsqueda por fuga o desaparición de los mandos de Temascalcingo y Atlacomulco, es la mayor operación de Estado para recuperar el control de la policía y, por tanto, el monopolio de la fuerza. Es un asunto de extraordinaria relevancia que, desafortunadamente, tiene poca o deficiente atención de los medios de comunicación públicos y privados que redunda en la desinformación de la sociedad.
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No es una casualidad que el cardenal Felipe Arizmendi, obispo emérito de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas, alerte desde Chiapas lo que sigue sucediendo en el Estado de México, particularmente en la región sur de donde es originario. Las organizaciones criminales controlan todo en esa zona, afirma. La gobernadora debería escuchar su testimonio que detalla cómo los criminales ejercen el control por encima del gobierno local. Arizmendi cita concretamente el caso de Coatepec Harinas. Es muy grave.
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Mes con mes desde hace más de dos décadas, Juan Armando Hinojosa cobra religiosamente en la tesorería del gobierno del estado cheques con más de siete ceros. No hay un dato preciso, pero desde el sexenio de Montiel hasta el actual quizá ha llevado a sus cuentas unos 20 mil millones de pesos por los contratos que le han asignado a sus diferentes empresas. Cayó Peña y cayó el PRI, pero Juan Armando no ha perdido nunca, él sigue ganando hasta con la administración de Morena que le ha respetado todos los contratos multianuales que le asignaron los antecesores. El capitalismo de cuates, intocado.
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Flaco favor le hacen a Horacio Duarte sus prosélitos y simpatizantes que propalan sin filtro ni recato eso de que “está haciendo todo para ser gobernador en el 29”. Es de parvulitos de política, no le suma y sí le resta. El llamado proyecto “Somos” solo atiza la hoguera de la inquina, envidia y maledicencia. Deberían serenarse los “duartelovers”. Calma, no por mucho madrugar amanece más temprano, y la mejor campaña es el trabajo con resultados.
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En la conversación política local hay un nuevo asunto, “el factor Andy López”. Es tema en tendencia de mesas y tertulias, en no pocas existe la convicción de que tiene un efecto directo en la nueva correlación de fuerzas y podría ser el fiel de la balanza en 2027 y 2029. Veremos.
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