El gobierno de los Estados Unidos se ha mostrado muy alarmado por las oleadas de niños pobres que llegan a su frontera sur.
Son oleadas de pobres que se dan por la violencia en sus países y por la falta casi absoluta de oportunidades de desarrollo.
A los usa les preocupa qué puede hacer con los que ya han entrado en su territorio y en caso de que pudiera darles el estatus de refugiados, cómo evitar que las oleadas aumenten.
Por eso los está recluyendo en espacios de detención temporal, pero su problema es que para deportarlos requiere de un proceso judicial que lleva tiempo.
Los gobiernos de los USA siempre han aceptado que en la región haya miles de pobres, en parte por sus políticas económicas y por los regímenes políticos que propician.
Cuando ha habido visos de gobiernos nacionalistas en algún país de la región, las agencias de los usa han intervenido de manera abierta o velada para instaurar gobiernos afines a sus intereses.
Pero una cosa es que haya pobres en la región y otra que quieran ir a mejorar sus niveles de vida a los usa.
Así que ahora están exigiendo a los gobiernos de los países centroamericanos que detengan a sus pobres y que vean qué hacen con ellos pero que no se los manden.
O que México sirva de espacio de contención y que no los deje pasar o que se quede con ellos.
Algunos analistas señalan que para mejorar la situación en Centroamérica se requiere un plan como el Marshall que se utilizó para reconstruir Europa después de la segunda guerra.
Sin embargo un exfuncionario del Banco Interamericano señalaba que algunos países de Latinoamérica han recibido préstamos que equivalen a los del mencionado plan y que se han perdido por la corrupción.
Así que parece que un requisito para que las cosas mejoren en la región es que haya gobiernos honestos y nacionalistas.
Pero parece que eso no está en la agenda de lo que el país del norte quiere para poder negocios a su favor.
Lo peor es que entretanto la situación de pobreza y violencia criminal y oficial se sigue agravando.
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