Kenia Hernández, cuando defender la vida incomoda al poder

Kenia Hernández, cuando defender la vida incomoda al poder
El encarcelamiento de la activista guerrerense puede leerse como un ejercicio disciplinante para quienes luchan, manifiestan colectivos

Por favor, no dejen nunca de luchar por la paz y el bien común, por la justicia y la libertad.
Kenia Hernández

“Si Kenia Hernández fuera una mujer privilegiada, no campesina, no periférica, no indígena, no prieta, no afromexicana la historia sería completamente diferente”. Actualmente, enfrenta nueve causas penales distribuidas entre el Estado de México —donde la sentenciaron a 22 años y tres meses en prisión—, Morelos y Guerrero. ¿El motivo? Defender el territorio que equivale a decir defender la vida. 

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Kenia Hernández, una mujer que acompaña 

Antes de mencionar las sentencias que las autoridades judiciales han dado a Kenia, Carla Galicia, del Centro de Derechos Humanos “Zeferino Ladrillero” (CDHZL) prefirió contar un poco de la vida de la activista guerrerense. 

“Kenia es una mujer que acompaña”, dijo Galicia en el foro “Presas políticas, derechos humanos y lucha por el territorio…”, organizado por Las Vanders y el Posgrado en Estudios Latinoamericanos de la UNAM. Desde los 13 años, ha participado en movimientos que promueven y alientan la defensa de los derechos humanos. Su inconformidad ante la violencia la motivaron a estudiar Derecho, carrera de la que se graduó con mención honorífica.

En junio de 2020 la detuvieron acusada del presunto robo violentamente de una cartera con 500 pesos y un celular. Entonces ella y su defensa lograron que llevara el proceso en libertad con una medida cautelar que consistía en firmar mes con mes. 

Cuatro meses después, el 18 de octubre, volvió a ser detenida por el presunto delito de robo con violencia y uso de arma de fuego en casetas de peaje. El día 24 del mismo mes obtuvo su libertad, pero el 25 la aprehendieron nuevamente acusada de ataques a las vías de comunicación. Hasta hoy, “Kenia tiene nueve causas penales distribuidas entre el Estado de México —donde la sentenciaron a 22 años y tres meses en prisión—, Morelos y Guerrero”.

La activista también tiene dos hijos. En prisión ha hecho dos huelgas de hambre —una duró 61 días y dejó algunas secuelas en su salud—, no tiene garantizado el acceso al agua y además le limitaron las llamadas a una a la semana en la que solo puede demorarse 10 minutos, tiempo que debe dividirse entre familia, amigos y equipo jurídico, explicó Carla. 

Justicia en México o la pedagogía del escarmiento  

A Kenia la encarcelaron porque es defensora de la tierra y en México defender la tierra y el territorio se ha convertido en una práctica peligrosa. A Kenia la encarcelaron porque su lucha significa una amenaza para el poder privado, económico, capitalista y trasnacional, así como para el orden público del Estado, afirmaron integrantes del colectivo Afrontera en un space en Twitter.

“A Kenia la catalogaron como una persona peligrosa porque con eso quieren dar un mensaje que sirva de ejemplo: ‘si te atreves a hacer este tipo de acciones, esto es lo que te puede pasar’”. La cárcel para Kenia puede leer como un ejercicio disciplinante para quienes luchan; también habla de cómo se construye la criminalidad en México: “hay un perfilamiento racial por la lengua que habla, por la identidad política-étnica que tiene”; y de quienes habitan la cárcel “cuerpos racializados, cuerpos prietos, cuerpos negros”.

Y reiteran las de Afrontera: Kenia Hernández es una mujer amuzga, es una mujer indígena, es una mujer afromexicana, es una mujer prieta, es una mujer racializada, es una mujer madre. Es una mujer que ha experimentado los regímenes de opresión porque además es activista y defensora del territorio. 

La lucha sigue porque sirve

En las últimas semanas, desde diversas trincheras se han pronunciado actores políticos por la libertad de Kenia Hernández. 

Durante una conferencia matutina de febrero, el presidente de México Andrés Manuel López Obrador pidió que se le informara sobre la situación de la defensora y encargó a Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos, que diera un informe sobre el indulto presidencial que solicitó Kenia Hernández. 

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Para mayo, diversos organismos que defienden derechos humanos enviaron una carta a López Obrador en la que manifestaban su preocupación por “la continuidad de la criminalización y la detención arbitraria de la Sra. Kenia Inés Hernández Montalván”. A finales de ese mes, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos propuso la incorporación de un enfoque diferenciado de género y étnico-racial en la investigación y juzgamiento del caso de la activista. 

Este 24 de junio, el colectivo Las Vanders organizó una manifestación afuera de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para pedir la libertad de Kenia Hernández. A esta protesta acudieron también Luchadoras, Haz Valer Mi Libertad, Red TDT: “Kenia va a ser libre en el momento en el que exista la movilización social […]. Es importante articularnos desde afuera y hablar de ella hasta que se cansen las personas de escucharnos”.