La crisis del agua en Ecatepec, episodio 1

La crisis del agua en Ecatepec, episodio 1
Antes -en lugar de concreto, cemento y pavimento- había un lago

La tierra que habitan no es árida, pero se está secando. Ecatepec, uno de los municipios más poblados de México, forma parte de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, capital del país.

Desde su origen, el agua en esta demarcación se ha ido esfumando. Las miles de casas agrupadas que se extendieron desde el valle hasta las laderas de los cerros conforman el paisaje característico de la zona donde viven un millón 700 mil habitantes, abarcando 186.9 kilómetros cuadrados.

Antes -en lugar de concreto, cemento y pavimento- había un lago. Hoy sus habitantes tienen el desafío de conseguir agua suficiente para sus actividades cotidianas, solo la necesaria para sobrevivir.

Desabasto de agua en Ecatepec

Alrededor del medio día de un jueves, sobre la calle Espinela en la colonia Sagitario 4, de la denominada Quinta Zona de Ecatepec, hombres, mujeres, niños y ancianos esperan en la puerta de sus casas una pipa que reparte un mínimo de mil litros de agua.

En las manos, una papeleta indica la cantidad ganada en tribunales; ahora es más importante que la CURP o acta de nacimiento.

El chofer del carro tanque o “pipero” -como indicativo de su encargo- revisa que los datos de la papeleta coincidan con sus registros. Luego de verificar, llena cisternas, botes, cubetas, garrafones, cubetas, todo recipiente que sirva para almacenar 200 litros de agua para la semana, hasta que regrese de nuevo la pipa.

Antes, los vecinos acreedores del privilegio de recibir agua semanalmente, se advierten de la llegada de la pipa a través de grupos de WhatsApp. En estos grupos solo están los “amparados”, aquellas personas que gracias a un amparo judicial consiguieron que el Ayuntamiento o, en su caso, el Gobierno estatal les proporcionara agua para sus necesidades básicas.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), una persona requiere un mínimo de 100 litros diarios para subsistir. En total, a la semana requeriría 700 litros. El director del organismo local de agua explicó que a las personas que consiguen un amparo se le llegan a otorgar 1000 litros de agua, para apoyar a las familias.

Sin embargo, el mínimo que establecen los organismos internacionales es por persona, pero en cada casa hay de 4 a 10 integrantes.

Después de las 3 de la tarde una mujer de unos 70 años, con un camisón azul a cuadros continúa a las afueras de su domicilio. Al parecer la pipa terminó de repartir el agua que transportaba y no llegó hasta su casa.

A lo mejor tenía hambre y se fue a comer. Ojalá que regrese porque si no nos quedamos así toda la semana otra vez”, justifica Magdalena Sánchez Morales.

Recuerda que en los 30 años que lleva viviendo en Ecatepec solo una temporada de uno o dos años tuvo agua todos los días. Luego de a poco fue disminuyendo el abasto. Desde entonces ha tenido que esperar, porque el tandeo de agua a los domicilios nunca ha tenido un horario establecido. En ocasiones llegaba por la mañana, otras veces a medianoche y unas más en la madrugada.

 Aunque a los colonos de la Quinta Zona no les importaba modificar y adaptar sus rutinas mientras el agua llegaba por la red. A la fecha siguen esperando, pero esta vez las pipas que les surten una vez a la semana. Pero si no alcanza la que llevan tendrán que aguardar una semana más sin agua. 

Creo que somos los abandonados de la colonia”, habla la señora Magdalena sobre la situación del agua y se consuela evocando la frase de la periodista Cristina Pacheco: “Aquí nos tocó vivir”.

«Me arrepiento de lavar mi coche»

Aquellos que no tienen la fortuna de que el agua llegue a sus casas, no por la red sino por pipas, tienen que salir a buscarla.

Caminan por calles llenas de concreto, casi no hay árboles; el asfalto hace que en épocas de calor la temperatura supere los 30 grados y la sensación térmica roce los 40. Pero cuando llueve, el pavimento y concreto de las avenidas impide que el agua se filtre; entonces se estanca en las calles, en los patios. La lluvia es bendición y castigo para los habitantes de la Quinta Zona de Ecatepec.

Inmerso en este panorama y sin importar el clima, al paisaje típico de Ecatepec estigmatizado por la inseguridad y desigualdad se le suman nuevos elementos característicos.

Por cualquier calle se observan carros cisternas, unos típicos contenedores de metal de unos 10 mil litros; pero también los hay improvisados con bidones de mil litros sobre camionetas, incluso una cisterna tradicional montada en la carrocería de un autobús de pasajeros, como los que usan las personas en la zona.

También aparecen en cada calle triciclos que transportan tambos de 200 litros, hay quien solo lleva bidones en “diablitos” o simplemente cargan cubetas y garrafones vacíos en bicicletas o a pie.

Los recipientes para almacenar agua que incluso en escenas del paisaje urbano, los tenis colgados del cableado publico se cambiaron a garrafones suspendidos de tomas de luz y teléfono.

 Desde que la crisis del agua en Ecatepec se agudizó ese es el paisaje cotidiano. Vecinos identifican los años de la pandemia por covid-19 como el punto de quiebre, es decir, a partir de 2020.

Yo sí llegué a agarrar el agua y lavar mi carro, como todos, pero ahora me arrepiento. Ahora quisiera que cayera del cielo o agarrar mejor un trapo y limpiarlo, es lo mejor. Pero desgraciadamente ya es demasiado tarde”, expresó Ángel García Francisco, vecino de la colonia Nueva Aragón.

Hoy en día, vecinos acarrean agua a sus casas desde tomas “clandestinas” que se encuentran en diferentes puntos de la Quinta Zona. Estos puntos eran utilizados por particulares que sobre la redes municipales de agua, perforaron para extraer el líquido y en pipas improvisadas vender el agua a los vecinos.

Luego de que el Ayuntamiento implementara operativos para frenar esta práctica, colonos impidieron que las denominadas tomas clandestinas fueran cerradas, pues vieron en dichos sitios una fuente de agua estable.

Ángel García recorre unas cinco cuadras tres o cuatro veces por semana con un triciclo donde lleva dos tambos de 200 litros. Cada tambo le dura de dos a tres días para las necesidades esenciales de su familia.

Sabe que deben reciclar el agua para que rinda, todo lo que lavan en el fregadero la reutilizan para lavar el patio y para el sanitario. Ángel atribuye el desabasto a acciones deliberadas. No considera que alguien se atreva a cerrar las válvulas de los depósitos municipales, pues cuenta que él trabajó en el Organismo de Agua y Saneamiento, predecesor del Organismo Público Descentralizado para la Prestación del Servicio del Agua Potable Alcantarillado y Saneamiento de Ecatepec de Morelos (Sapase).

Cuando Agua y Saneamiento se pasó a Sapase todo marchaba bien, pero a través del tiempo se fue disminuyendo, cerraron las tomas y ahorita mire”, expresó.

El señor Ángel recomendó a las poblaciones que aún tienen agua por la red valorarla, porque «no todo el tiempo vamos a tener. En los años pasado decíamos ‘¿para qué?’.

«No les pedimos (a las autoridades) toda la semana que nos echen agua, aunque sea una o dos veces a la semana en nuestras casas; ya nos conformaríamos«, aseveró.

¿Cuándo empezó el desabasto?

Sobre las causas del desabasto de agua en Ecatepec, los vecinos de la Quinta Zona de Ecatepec tienen diversas teorías. Algunas apuntan al nacimiento de las propias colonias.

Recuerdan que esta superficie anteriormente pertenecía a la zona lacustre de Texcoco. El siglo pasado había una empresa mexicana que explotaba la minas de salmueras alcalinas naturales, se trataba de la Sosa Texcoco.

En el subsuelo del vaso del Lago de Texcoco existía un manto de aguas saladas que contienen sales alcalinas que provienen del lavado de las colinas que se encuentran alrededor del Valle de México.

Tras secar el lago y explotar sus minerales, los terrenos secos se convirtieron en superficies medianamente planas donde pronto comenzaron a proliferar los fraccionamientos. El aumento de fraccionamientos autorizados por las autoridades exacerbó el problema, resultando en una insuficiencia dramática de suministro de agua.

Manuel Campos, vecino de la colonia Sagitario 4, consideró que uno de los factores que causaron el desabasto de agua en Ecatepec fue la creación de múltiples fraccionamientos que autorizaron presidentes municipales y el gobierno estatal.

Tenemos, por ejemplo, la creación del fraccionamiento de Las Américas, que tiene aproximadamente 15 mil viviendas. A partir de que se crearon Las Américas y otros fraccionamientos como Los Héroes -que le calculo otras 10 mil viviendas- se nos empezó a recortar el flujo de agua. Porque le sería interesante cubrir la demanda de las gentes a la que le estaban vendiendo todos esos fraccionamientos”, contó.

El señor Campos reafirmó que el desabasto de agua ha tenido un impacto negativo en la vida cotidiana de las familias de la Quinta Zona. Los residentes han implementado estrategias como la reutilización del agua. Además, viven con la preocupación constante de inundaciones y problemas de salud.

Tenemos que reciclar el agua porque con el agua que nos lavamos las manos, con el agua que nos lavamos los dientes, con el agua que nos lavamos la cara, esa agua la vamos reuniendo para los baños. El agua que usamos para lavar los trastes de igual manera se usa para los baños.

El agua que sale a veces del lavado de la ropa, pues la usamos para las plantas. Esa misma agua la usamos para las plantas. Hemos tenido la necesidad, vuelvo a repetirle, de mermar nuestro raquítico ingreso, porque a veces no nos cumplen los pozos respectivos”, detalló.

El señor Campos denunció la falta de respuesta y acción por parte de las autoridades locales, sugiriendo que hay intereses ocultos que perpetúan la negligencia para abordar el problema.

El pipero se da fácil, no sé, cinco vueltas al día, o vamos a suponer que seis vueltas al día. Por cada vuelta que da el pipero se lleva mil pesos. Mil pesos, no, mil quinientos pesos por cada vuelta. Estamos hablando de que se lleva al día de doce a quince mil pesos cada pipero. Entonces es un negocio redondo”, describió.

Lucha por soluciones

La comunidad de la Quinta Zona de Ecatepec ha emprendido una lucha legal en busca de soluciones, a través de la presentación de amparos para asegurar el suministro adecuado de agua, subrayando la insatisfacción con la falta de respuesta de las autoridades.

«Hemos acudido de nuevo a la autoridad para también amparar a nuestras familias, a las gentes que viven en nuestras casas«, apuntó Manuel Campos.

No obstante, el vecino de Ecatepec reconoce que la principal vía para solucionar el desabasto de agua- no solo en su municipio, sino en la mayoría del país- es tomar conciencia.

Los que tengan agua, cuídela, que vean la necesidad de la gente que vivimos aquí, que vean nuestra necesidad, que vean nuestro sufrimiento«, compartió.

En este sentido, Manuel Campos destacó la solidaridad y cooperación de la comunidad para enfrentar la situación, evidenciada en la creación de grupos de WhatsApp para coordinar la llegada de agua y en la adopción de medidas de ahorro y reutilización.

Pero también espera un cambio en el liderazgo y en la forma en que se aborda el problema por parte de las autoridades locales y estatales, resaltando la necesidad de un líder empático que entienda las necesidades de la comunidad y la esperanza de un mejoramiento en la situación.