Antes de que se esclarezcan las causas del descarrilamiento del Tren Interoceánico, la oposición convirtió la tragedia en un ataque contra el Gobierno actual. Dirigentes de derecha, como el PRI y el PAN —además de empresarios—, lanzaron acusaciones de negligencia, corrupción y fracaso estructural, sin esperar los resultados de las investigaciones técnicas ni mostrar respeto frente al dolor de las víctimas.
Alejandro “Alito” Moreno, dirigente nacional del PRI, aprovechó el accidente para exigir la suspensión inmediata de todas las obras en proceso.
Así como del funcionamiento de aquellas en las que hayan participado los hijos del expresidente Andrés Manuel López Obrador.
Además, pidió auditorías técnicas independientes, profundas y minuciosas, con el argumento de que los proyectos representan un riesgo para la población.
Desde el PAN, la presidenta de la Cámara de Diputados, Kenia López, envió condolencias a las familias de las víctimas.
También exigió una investigación seria y el deslinde de responsabilidades.
Mientras que el coordinador de los diputados federales panistas, Elías Lixa, afirmó que el descarrilamiento del Tren Interoceánico exhibe la negligencia y la corrupción del Gobierno de Morena.
Accidentes durante gobiernos de derecha
El discurso de la oposición omite episodios de sus propias administraciones. En 2017, durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, el Paso Exprés de Cuernavaca colapsó tras la formación de un socavón de cinco metros de diámetro.
Un automóvil cayó en el hueco y murieron dos personas.
En 2010, bajo el gobierno de Felipe Calderón, colapsó un puente en la carretera Cerritos–Tula.
El accidente dejó una mujer muerta y cuatro personas lesionadas, pese a que la obra tuvo una inversión cercana a los 1 000 millones de pesos.
Salinas Pliego
A la ofensiva política se sumó el empresario Ricardo Salinas Pliego, quien calificó al Tren Interoceánico como uno de los “proyectos fallidos” del Gobierno.
También aseguró que el país cierra el año “con puras tragedias y pérdidas de dinero que pagamos los mexicanos”.
Sus señalamientos contrastan con su situación fiscal: mantiene adeudos millonarios con el SAT desde 2008. Es decir, desde el sexenio de Felipe Calderón.
Además, es propietario de dos casinos que obtuvieron permisos para operar durante 25 años, autorizados por la Secretaría de Gobernación, cuando Alfonso Navarrete Prida encabezaba la dependencia.
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Contexto
El accidente ocurrió el pasado 28 de diciembre, a las 9:28 horas, sobre la Línea Z del Tren Interoceánico, en la ruta Salina Cruz–Coatzacoalcos.
De acuerdo con el recuento oficial, una de las locomotoras se descarriló, lo que provocó que cuatro vagones se salieran de las vías.
El primer vagón se deslizó por un talud de 6.5 metros de profundidad. Mientras que el segundo quedó parcialmente suspendido y los otros dos no registraron daños graves.
En el tren viajaban aproximadamente 250 personas. El saldo fue de 13 fallecidos, entre ellos, una menor de edad.
Ya localizaron a 12 víctimas y continúan las labores para recuperar a la decimotercera. Nueve personas fueron atendidas en el sitio, 108 fueron trasladadas a hospitales y 44 permanecen hospitalizadas.
Tras el siniestro, la Agencia de Transporte Ferroviario informó que realizará la evaluación técnica del accidente en coordinación con la Fiscalía General de la República.
Ambas instancias analizarán el registrador de eventos del tren, conocido como la “caja negra”.
Es un sistema similar al de las aeronaves que permite reconstruir el comportamiento del convoy antes y durante el descarrilamiento.
Además, el secretario de Marina-Armada de México, Raymundo Pedro Morales Ángeles, detalló que una camioneta exploradora tipo “Hi Rail” recorrió la vía una hora y media antes de la salida del tren.
El vehículo realizó una ruta planificada para verificar que no existieran fallas estructurales en los rieles.
El reporte señaló que las vías estaban en condiciones operativas y no se detectó ninguna anomalía.
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