La historia de Germán, de agente de migración en EUA a vivir en las calles de Toluca

Germán y David son dos personas que, a pesar de contar con estudios, viven en situación de calle en la capital mexiquense

En Toluca, profesionistas con múltiples habilidades viven en situación de indigencia. Sus historias muestran otra parte de las problemáticas sociales que llevan a las personas a esta condición.

Como Germán y David, dos personas que, a pesar de contar con estudios, viven en situación de calle en la capital mexiquense.

Sus biografías han sido elaboradas por Elizabeth Mejía, investigadora y activista, en su tesis Biografías de indigentes, el camino a la exclusión social y son las siguientes.

Historia de Germán, profesionista que vive en situación de indigencia

Germán nació en Augsburgo, Alemania, donde tuvo una infancia tranquila en compañía de sus familiares y gozó un estilo de vida de clase media/alta.

Se expresa con fluidez en más de cinco idiomas y tiene conocimientos en diversas áreas de política, comunicación audiovisual, medios masivos, sociología, entre otras. Además, estudió en el internado de Landheim Schondorf, en Múnich.

Recuerda que a la edad de 17 años viajó a Washington, donde se alistó en el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos. Ahí, fue instruido para usar armas de fuego y combatir en la guerra.

Durante su trayectoria como agente de migración se le asignó resolver asuntos de temas migratorios en la República mexicana. Sin embargo, cuando llegó a México sufrió un accidente.

Lo último que recuerda del viaje es haber subido al avión en compañía de un grupo de reclutas desconocidos. Después de eso se encontró en alguna colonia de la Ciudad de México, golpeado y despojado de sus pertenencias.

Germán, persona en situación de calle. /Foto: Elizabeth Mejía

Indigencia en Toluca

Germán sufrió pérdida de memoria temporal, lo que lo llevó a vivir en las calles y a deambular por la ciudad durante algunos meses. Con el tiempo recuperó algunos de sus recuerdos, pero no dominaba el español y eso le dificultó comunicarse con las autoridades correspondientes y solucionar su situación.

Aunado a ello, su apariencia descuidada y los narcóticos que consumía no le permitían tener una comunicación adecuada.

Vivió como indigente durante 16 años en diferentes puntos de la Ciudad de México y desde hace cerca de 10 años radica en las calles aledañas al parque de la colonia Altamirano, en Toluca.

Aunque le gustaría regresar a su país de origen y continuar con su vida normal, sus condiciones mentales y el uso de estupefacientes le impiden su reinserción.

La historia de David, una pérdida que lo destrozó 

De acuerdo con Elizabeth Mejía, David nació y creció en Sinaloa y, a sus 76 años, ha pasado cerca de 17 en la calle.

Tuvo una infancia tranquila con padres profesionistas que se encargaron de proveerle las herramientas necesarias para avanzar en sus estudios.

Cursó preparatoria en una escuela católica y, posteriormente, se incorporó al seminario para la formación sacerdotal. Sin embargo, más tarde lo abandonó por cuestiones familiares.

Se preparó para recibirse de licenciado en Educación, profesión que desarrolló durante los años anteriores a convertirse en indigente. 

El punto de quiebre para David fue cuando su esposa falleció a causa de una enfermedad terminal. Quedó desamparado y destrozado en el ámbito emocional, lo que lo llevó a una profunda depresión.

Además, no contaba con casa propia, sino que vivía en la de familiares de su esposa y tras su muerte lo expulsaron.

De los más de 17 años que lleva en situación de calle, cuatro los vivió en Guadalajara y los restantes en las calles del centro de Toluca.

En la actualidad ya no busca regresar a su lugar de origen ni a su antigua vida, pues se ha aferrado a la idea de Dios. Asimismo, cree que la situación en la que vive le permite desarrollarse y sobre todo encontrarse consigo mismo.

Los excluidos merecen dignidad

Para Elizabeth, mostrar esta realidad permite avanzar en la dignificación de las personas que han terminado en las calles de Toluca y han recibido la espalda de las autoridades y la sociedad, una situación que busca cambiar. 

Las distintas biografías marcan la pauta y camino a seguir de quienes están fuera del todo, es una especia de súbita pertenencia a la indigencia, como una magia, pasan de tener una vida tranquila y exitosa a estar completamente fuera de lugar, a no pertenecer a nada ni a nadie. Los excluidos son seres sintientes, merecedores de dignidad y derechos humanos”, señala su trabajo.