“Nunca es tarde para iniciar” Don Eduardo, bibliotecario de la UAEMex comenzó su licenciatura a los 52 años

A los 14 años dejó la secundaria por problemas económicos, a los 52 inició su licenciatura, hoy a los 62 años Eduardo labora como bibliotecario en la UAEMex

“Nunca es tarde para iniciar” Don Eduardo, bibliotecario de la UAEMex comenzó su licenciatura a los 52 años

“La universidad nos da las alas para volar, y uno decide qué tan alto vuelaDon Eduardo, bibliotecario de la UAEMex comenzó su licenciatura a los 52 años

“Desde muy pequeño había que ayudar con las labores del campo, que la verdad no se hace pesado porque es algo que haces cotidianamente”, recuerda Eduardo Cruz Gutiérrez, bibliotecario adscrito a la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex) en el Centro Universitario del Valle de México, ubicado en el municipio de Atizapán.

El pasado 21 de septiembre, a través de la oficina de comunicación social de la UAEMex, se dio a conocer la historia de Eduardo, quien a los 52 años inició la carrera de Bibliotecología y Estudios de la Información en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para posteriormente desenvolverse como bibliotecario en el campus donde lleva laborando 25 años.

“En un inicio quería estudiar para ingeniero agrónomo, relacionado al campo, yo quería terminar la secundaria y venir a Chapingo, al Estado de México, pero por cuestiones económicas la secundaria no la pude terminar en mi pueblo”

Eduardo Cruz Gutiérrez es originario de la comunidad Cañada María, en el municipio de Tlaxiaco, en Oaxaca. Debido a su condición económica, Eduardo desertó desde temprana edad para apoyar con los gastos de la casapara una familia de 6 hijos era complicado, el único que trabajaba era mi papá, a mí me pudieron apoyar solo con un año (de secundaria) allá en Teposcolula”.

Los trabajos de Eduardo

Al poco tiempo, su hermano mayor lo invitó a trabajar con él en una empresa dedicada al transporte. Ya instalado en la capital del país obtuvo algunos empleos en el ramo de la construcción hasta que finalmente entra a trabajar a una fábrica de ropa.“

Pero llegó una crisis en el sector textil, cerraron esa fábrica y nos liquidaron…”, sin embargo, para ese momento un Eduardo felizmente casado decidió sentar cabeza e instalarse en un municipio circundante a la Ciudad de México: Atizapán. “Aquí empezamos a construir donde vivimos… por ahí de 1991…”.

Su primer acercamiento con la máxima casa de estudios mexiquense ocurrió en ese momento y por puro azar: “aquí lo conocíamos porque lo utilizábamos como día de campo, veníamos y buscábamos nopales, tierra para planta… así conocí aquí, veníamos con unos vecinos, veníamos a caminar…”.

Incursión en la UAEMex

Incluso con el bachillerato que había concluido mientras laboraba en la fábrica de ropa Eduardo tuvo problemas para conseguir un empleo formal, “en una de esas tantas venidas fue cuando de regreso vi que estaban trazando unas líneas con cal, que eran para el desplante del edificio “A”… Yo me acerque a pedir trabajo”.

…de albañil no hay. Hay como ayudante de albañil, de peón, y que lo tomo”, Eduardo rememora su primer acercamiento con la comunidad universitaria, “trabajando en la construcción del edificio conocí un arquitecto de Toluca, una vez el me preguntó si me gustaría trabajar dentro de la universidad, en su momento no le respondí…”.

Sin embargo, la oferta resonó en su cabeza y finalmente se acercó con Octavio Castillo, el entonces encargado del campus, quien a su vez lo refirió con su auxiliar administrativo, “me citó en Toluca, en el edificio de Rectoría, nos vimos en el árbol de la mora, me hicieron el examen y pues bueno, creo que lo pasé, porque aquí estoy después de 25 años”.

En el año 2001, ya como trabajador de la UAEMex, la operación de un compañero acercó a Eduardo al mundo académico: “en un momento uno de mis compañeros, Don Paco, se enfermó, lo iban a operar de la columna, me dijeron que si podía apoyar en la biblioteca, lo que no sabía es que es todo un arte…”.

Para 2005 fue contratado como bibliotecario en la modalidad de trabajos especiales, “era cubrir una plaza de 4 horas”, recuerda.

Su licenciatura en Bibliotecología

Siete años después, y en vísperas del retiro de algunos compañeros bibliotecarios, Eduardo investigó los requisitos para convertirse en uno. Descubrió que era necesario tener una licenciatura y en el 2012 decidió iniciar la licenciatura en Bibliotecología y Estudios de la Información en la UNAM.

“En el 2016 terminé el plan de estudios, me quedé un poco más de tiempo porque me inscribí a un curso de inglés; en el 2017 empecé a ver mi trabajo para titularme y el 16 de enero del 2018 hice mi trabajo de titulación, con nervios y todo, pero salí bien gracias a Dios”.

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“A mí papá le dio mucho gusto que yo retomara algo… que él no me pudo ofrecer”.

Con lágrimas en los ojos, Eduardo cierra la narración de uno de los capítulos más importantes en su vida: “todavía cala un poco”. El padre de Eduardo falleció hace apenas un año, sin embargo, la culminación de ese pendiente en su vida y la fortuna de haberla compartido con su padre lo confortan.

Nunca es tarde para iniciar, aunque yo me tardé mucho, yo inicié a los 52 años y a los 58 la terminé…la universidad nos da las herramientas, nos da las alas para volar, y uno decide qué tan alto vuela”, finaliza orgulloso Eduardo.

Eduardo Cruz Gutiérrez no descarta la posibilidad de hacer una maestría en el futuro; pero afirma que ahora su prioridad está en retornar a sus raíces, la apertura de una biblioteca en Cañada de María y un libro sobre las tradiciones de su comunidad.