La primera línea de oposición al próximo gobierno de la 4T no está en los partidos adversarios

La primera línea de oposición al próximo gobierno de la 4T no está en los partidos adversarios
El alto clero está organizado para combatir no a una persona, sino a una forma de pensar.

La transición mexiquense ha pasado uno de los momentos de mayor tensión derivado del dilema legal y político de la distribución o no de los libros de texto gratuitos, que finalmente fue resulto acatando la suspensión provisional ordenada por un juez federal, pero solo 20 promoventes y no de forma generalizada. Hubo cruce de llamadas entre los gobiernos entrante y saliente. Ganó la prudencia.

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La primera línea de oposición al próximo gobierno de la 4T en el Estado de México no está en los partidos adversarios, ni en la oligarquía local o grupos de privilegiados, sino en las arquidiócesis y diócesis distribuidas por todo el territorio mexiquense. La legión del palio y el solideo violeta constituye la principal defensa del statu quo. El alto clero está organizado para combatir no a una persona, sino a una forma de pensar. El cardenal Felipe Arizmendi es una de las cabezas visibles.

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La supresión de la secretaría de Justicia y Derechos Humanos es el mensaje en sí mismo. Sirvió para nada, para decirlo en términos prácticos. Rodrigo Espeleta dedicó poder y los recursos delegados a su oficina para alienar el sistema de justicia. El porcentaje de eficiencia y eficacia en el litigio de asuntos relevantes fue de pena ajena, perdía todo y lo que no, parecía que se dejaba ganar.

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El senador Eruviel Ávila y los suyos, ni de lejos han pensado en retirarse de la política. Por el contrario, están más activos antes de tomar la decisión de renunciar al PRI. Participarán, sin duda, en el proceso electoral del próximo año, algunos como candidatos a alcaldes y otros a diputados. Los harán bajo patrocinio de diferentes denominaciones, algunos por MC, otros por el Verde y, quizá, hasta por el PAN o el PRD. Pero al final de cuentas, son los mismos con las mismas ideas e intenciones.

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El achicamiento del PRI es penoso. Su pérdida cuantitativa es nada frente a su extravío cualitativo. No solo perdió el poder, perdió las ideas y la razón de ser. Su descenso a la irrelevancia es vertiginoso. Pudo ser una oposición fuerte y digna, pero optó por el todo o nada… y quedó en la nada.