Cuando se habla más del árbitro que del partido es mala señal para la autoridad y el aficionado.
En el fútbol, si algo molesta a los jugadores, exacerba a la tribuna y ensucia el juego es la actitud protagónica, burlona, grosera e incluso insultante del árbitro que va mas allá de lo que profesionalmente se espera de él.
Si a eso sumamos un manejo parcial y tendencioso de las tarjetas amarillas, la marcación de faltas, el juzgar jugadas similares con criterios diferentes, por fuerza nos lleva a que se cuestione la imparcialidad del silbante.
El resultado es que se atenta contra el espectáculo y se crea un ambiente que va contra el juego limpio, pero sobretodo, la convicción en el espectador, de que ojalá nunca vuelva a tocarle un arbitro así a su equipo.
En una contienda electoral pasa exactamente lo mismo. Esto es evidente en el ejercicio de revocación de mandato, el consejero presidente y algunos consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE) organizaron mal y de malas el proceso.
Aquí un decálogo de muestra:
- Desde un principio mostraron su resistencia. Desde una posición protagónica intentaron excusarse en la falta de recursos
- Intentaron ilegalmente aplazar el proceso
- Obstaculizaron y cuestionaron la recolección y acreditación de firmas ciudadanas
- Se inventaron un dibujo animado de un chile chipotle para comunicar de manera grotesca
- Se hicieron de la vista gorda con los que desacreditan el proceso y rigurosos con quien apoyaba
- Fijaron la fecha para ir a las urnas en domingo de Ramos (inicio de vacaciones)
- Organizaron foros evidentemente tendenciosos
- Participaron en entrevistas descalificando abiertamente
- Pretendieron que no se supiera del proceso llegando incluso a decir la ubicación de las casillas hasta el último momento
- Ahora que ven que va a ver más participación de la esperada pretende que el Tribunal Federal Electoral proceda a descalificar el proceso
- Eso es atentar en contra de la voluntad ciudadana y la democracia. Pero afortunadamente en todo han fracasado y nada es para siempre, tiempo al tiempo