La Quinta Columna

La Quinta Columna
Alejandro Moreno llegó al poder con el apoyo de Enrique Peña, pero sin escrúpulos culpó al expresidente de todo lo que ha perdido el PRI y de su crisis

El síndrome de Caín

Dicen que la traición que más duele es la que proviene de la propia familia, la que se materializa de parte de los considerados más cercanos, de aquellos a los que en su momento se beneficiaron y mal pagan los favores recibidos: «síndrome de Caín», que en política es recurrente.

Alejandro Moreno llegó al poder con el apoyo de Enrique Peña, pero sin escrúpulos culpó al expresidente de todo lo que ha perdido el PRI y de su crisis. Lo hizo a través de Rubén Moreira, esposo de la fallida candidata de Hidalgo y presidente de Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados Federal que pronunció un discurso directo que no deja lugar a dudas. Cuestionó, entre otras cosas, las reformas energética así como la educativa y que en el pasado reciente hubiera siete líderes de partido, lo criticó por dejar de hacer partido y dedicarse al marketing.

Cabe destacar que dentro de esos siete líderes mencionados por Moreira se encuentran los que sugirieron la renuncia de Alejandro Moreno, destacando de ellos dos mexiquenses: César Camacho Quiroz y Carolina Monroy del Mazo

Antes de Moreira, hizo uso de la palabra el presidente del Comité Directivo Estatal del Estado de México, Eric Sevilla, evidenciando su entrega sumisa: “No esta solo presidente, le pedimos que no claudique, que siga ejerciendo su liderazgo y en este momento de incertidumbre nacional siga adelante… En este compromiso tiene 32 comités directivos estatales, sectores y organizaciones que cumplirán su tramo de responsabilidad para respaldarlo”.

Si, de acuerdo con la máxima priista, en política la forma es fondo, se entiende que la postura del líder estatal del PRI es la del gobernador Alfredo del Mazo, dejando entrever al menos lo siguiente:

A cambio del apoyo se negoció que el mandatario mexiquense lleva mano en la definición de la candidatura en su entidad, es parte y está de acuerdo con los severos cuestionamientos a su primo Enrique, a pesar del lazo consanguíneo y que sin su apoyo no hubiera llegado al poder. También está conforme con que se cuestione la administración al frente del PRI nacional de parte de su prima Carolina Monroy del Mazo y de refilón de Cesar Camacho Quiroz.

Se trata de una apuesta, por decir lo menos, arriesgada. Si cae Alejandro Moreno antes de las definiciones se pierde todo lo negociado y de la alianza, ni qué decir.