El Estado de México encabeza la mayor generación de basura en el país con 16 700 toneladas diarias. Sin embargo, la carga real asciende a 26 000 toneladas al recibir también desechos de la Ciudad de México e Hidalgo; de este total, el 18 % carece de un manejo adecuado, terminando en las calles, barrancas o tiraderos clandestinos.
Mientras el gobierno de la CDMX utiliza tecnología para convertir la basura en energía, el territorio mexiquense sigue atrapado en un modelo de gestión arcaico.
Apenas se logra reciclar el 10 % de lo que se genera en la entidad, dejando el resto a merced de una infraestructura que ya dio de sí.

El salto a la «Basura Cero»
Bajo el sello del plan Transforma tu Ciudad, Clara Brugada ha fijado la meta de reciclar o transformar el 50 % de los residuos sólidos.
Esto se lograría mediante:
- Plantas de termovalorización: energía generada a partir de lo que antes era desperdicio.
- Biodigestores: tratamiento especializado para la enorme carga de basura orgánica.
- Cultura del ciudadano-eslabón: una recolección de acuerdo al tipo de desecho, con calendarios estrictos que obligan a la separación en origen.
Edomex: el colapso del «patio trasero»
Municipios como Naucalpan y Cuautitlán Izcalli han cerrado el 2025 con postales de crisis: camiones varados y paros de trabajadores.
Mientras la CDMX clausura rellenos sanitarios, el Edomex depende de sitios como Tepatlaxco o Chimalhuacán.
Estos lugares operan al borde del colapso, contaminando mantos freáticos (capas de agua dulce que se encuentran bajo la superficie del suelo).
A diferencia del control institucional de la capital, en suelo mexiquense mandan los gremios. Sindicatos y grupos de poder controlan la «pepena» y el acceso a los tiraderos, bloqueando cualquier intento de tecnificación.

¿Es exportable el «Modelo Brugada»?
Es inviable hoy. Con municipios en «semáforo rojo» financiero como Coacalco, no hay presupuesto para plantas de tratamiento sin un rescate estatal masivo.
Cultura
No existen campañas de separación con sanciones. La basura sigue siendo el «problema de alguien más» una vez que sale de casa.
Infraestructura
Prehistórica. El estado carece de Centros Integrales de Residuos. Seguimos apostando por el entierro de basura.

¿Solución o crisis social?
Si bien la propuesta de tecnificación traería beneficios inmediatos como el fin de los drenajes tapados en la Zona Oriente —el eterno talón de Aquiles del Edomex— y la reducción de focos infecciosos, el riesgo es latente.
Desplazar a miles de pepenadores informales sin un plan de reinserción podría desatar una crisis social sin precedentes.
Además, está el fantasma de la corrupción: sin vigilancia, las plantas tecnológicas podrían terminar siendo los próximos «elefantes blancos» de la administración pública.
Si la gobernadora Delfina Gómez no impulsa una Ley de Residuos Regional que obligue a la colaboración metropolitana, el Edomex seguirá siendo el basurero de la metrópoli.
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