Alejandra del Moral y sus partidos apoyadores no están compitiendo propiamente contra Delfina Gómez, Morena, PT y el Verde, sino contra la popularidad del presidente Andrés Manuel López Obrador. Así de complejo y difícil es el reto. En la última medición de Morning Consult –jueves 23 de febrero–, AMLO mantenía una aprobación de 61 por ciento y desaprobación de 36, con uno neto de 24 puntos, más o menos los mismos que el promedio de encuestas dan como ventaja a “Juntos Haremos Historia en el Estado de México”. En política no hay casualidades, sí causalidades.
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La Corte Interamericana de Derechos Humanos establece con toda claridad que la figura jurídica de la disculpa pública es el reconocimiento de la responsabilidad del Estado y está dirigida a restaurar la dignidad de la víctima. Es parte de las medidas simbólicas de reparación moral, pero también un reconocimiento público de responsabilidad, ya sea por haber ocasionado directamente las violaciones, o por no haber protegido a las víctimas. Lo de este martes no debería ser materia para el escarnio, menos para el fútil escándalo. El fiscal General de Justicia del Estado de México, José Luis Cervantes, cumplió con imperativo ético y se ajustó cabalmente al acto obligado. El mensaje de las familias es entendible, pero sobre todo demoledor. De nada sirven las disculpas si no están precedidas por justicia, la violencia contras las mujeres se detiene y se garantiza no más fallas y delaciones en los procesos.
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Durante 5 años y medio de gobierno estatal que ha entrado su fase terminal, el secretario de Finanzas, Rodrigo Jarque, habitó un castillo de cristal, caminó entre algodones. Verdadero hombre fuerte del delmacismo, gozó de sumos cuidados, nadie se atrevió a tocarlo… hasta ahora. Su exsubsecretario de Tesorería, Jesús Pinto Mejía, retirado de la función pública extraña e inusitadamente, está convertido en uno de sus principales detractores. Si alguien sabe bien de lo que pasaba en la oficina de Finanzas es justamente Jesús Pinto. Hay que escucharlo porque tiene mucho que decir este hombre que recientemente intentó sin suerte ser candidato independiente a gobernador.
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En la izquierda, el canibalismo es mal endémico. Suelen confrontarse cuando están en pos del poder, pero cuando lo alcanzan, literal, implotan. En esta ocasión, no iba a ser distinto en el Estado de México. Lo que era una diferencia con el alcalde de Ecatepec se convirtió en problema y, ahora, está en nivel de conflicto. Echarle montón al alcalde de Ecatepec, el municipio de México con la mayor cantidad de votantes, es muy mala idea siempre, pero en tiempos electorales resulta suicida. Los buleadores comprometen el posible triunfo de Delfina, pero parece que sus intereses son mayores. A Fernando Vilchis quieren convertirlo en el chivo expiatorio a quien querrán cargarle las culpas si la maestra pierde. Son insufribles.
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Febrero loco, loquísimo. La violencia demencial ha marcado al segundo mes de este año que cerró con la lamentable cifra de 211 asesinatos, un golpazo al gobierno del Alfredo del Mazo en su cierre. La principal promesa de su campaña, aquella de “hacer del Estado de México la entidad más segura del país”, terminó en chapuza.