Domingo 2 de abril de 2017. 22:00 horas. En la explanada de la cabecera municipal de Tlalnepantla se dan cita los primeros simpatizantes y militantes de Alfredo del Mazo Maza. Candidato del PRI.
Las primeras pruebas de sonido. La instalación del templete. Policías municipales, cuidadosamente bajan la bandera nacional que minutos antes ondeaba frente al Palacio Municipal.
–Ya es tarde, ya debería haber más gente. Señala uno de tantos organizadores identificados con su peculiar vestimenta color rojo.
Del lado derecho de la explanada, llegando por la Catedral de Corpus Christi, aparecen los primeros tambores y matracas en manos de una veintena de jóvenes que ensayan las porras, los cantos, los vivas para el candidato.
A poco más de dos horas de la capital mexiquense y a unos 78 kilómetros aproximadamente, se encuentra el municipio de Tlalnepantla de Baz. Con más de 700 mil habitantes, se ubica en el corazón del llamado “corredor azul”, bastión panista en los últimos años.
Para las 11 de la noche ya no hay rastro de ese color azul. Todo es color rojo. Todo es priísmo mezclado: los que muy arreglados llegan temprano para tomarse la foto con un diputado, delegado o personaje les resulte importante; las mujeres con niños en brazos, los más grandes de edad… Y los que más gritan: los adheridos al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), los de la CROC, los de la CNOP, los de PNM, los de Movimiento Territorial.
También están los indiferentes. Carlos López es vendedor de comida en la Plaza Gustavo Baz Prada y cuestiona:
¿Porqué hay tanta gente? ¿Quién va a venir? De seguro es del PRI ¿Verdad? ¿Cómo se llama? ¿Y ese qué quiere ser? ¿presidente, gobernador o qué?
Su esposa, quien recoge el puesto, le contesta: Todos son iguales. Da lo mismo el partido que sea. Yo ya no les creo nada.
22:55 horas. La explanada ya alberga a unas mil 500 personas, las cuales atentas al animador en el micrófono, lanzan más gritos y porras que en un partido de futbol.
“¡Alfredo del Mazo, eres un tipazo…!” “¡Alfredo amigo, Tlalnepantla está contigo…!” “¡Alfredo mi amor, tú serás gobernador…!” “¡Alfredo, Alfredo, Alfredo…!”.
En la escena aparecen Enrique Ochoa Reza, presidente nacional del PRI; Claudia Ruíz Massieu, secretaria General; Alejandra del Moral Vela, dirigente estatal. En segundo plano otros personajes del partido tricolor como Raymundo Martínez, Carlos Iriarte y Jorge Carlos Ramírez Marín.
Sonriente y minutos antes de las cero horas llega y sube al estrado el tercero en la dinastía de los del Mazo. Jeans, camisa blanca y chaleco rojo, como en las últimas apariciones, peinado de lado y listo para intercambiar besos, abrazos y apretones de manos.
Parece un déjà vu. Una escena ya vista: la gente se acerca lo más que puede al estrado para verlo de cerca, aunque en realidad la visión es nula entre tanto teléfono celular que busca captar cada minuto previo, durante y posterior al arranque de campaña.
“¡Fuerte y con todo!”. El lema de campaña, se repite incontables veces durante la exposición de los ejes, las propuestas, las promesas. Con el puño levantado, Del Mazo sentencia: “¡Vamos a ganar el próximo 4 de junio!” “¡Vamos a ganar…!”.
“¡Que se escuche el grito de las mujeres mexiquenses…!” “¡¿Dónde están las mujeres de Tlane..?!” “¡No se escuchan las mujeres priístas…!” “¡Viva el PRI…!” “¡Viva Alfredo del Mazo…!”
De pronto lo que hace minutos era felicidad, júbilo y alegría se convierte en caos. Desorden y desorganización:
No existe el acercamiento habitual con la gente: entre guaruras y organizadores el candidato es bajado del estrado. No hay selfies. No hay más besos. Por el contrario: pisotones, empujones, aventones.
“¡A un lado por favor! ¡No se empujen! ¡No los queremos lastimar! ¡Van a tener 59 días para saludarlo!”, repiten quienes lo llevan rumbo a su camioneta blindada, blanca, que llega arrasando a la calle Vallarta, arrasando igual que la seguridad en torno al candidato, contra los simpatizantes que se quedan con las ganas de acercarse.
“Debe ser porque es el primer evento, pero se hubiera esperado, nos hubiera saludado…”
“Sí así es ahorita que va empezando, no me imagino al rato…”
“Bueno ya vámonos, se van con cuidado”
“¿Qué pasó?"
"Nada, ya nos vamos”
“¿Por qué?”
“Ya se fue el candidato”
Síguenos