“La cuidan más que al presidente…”

En la agenda del gobernador Eruviel Ávila Villegas parece todo común y corriente, un evento más de “Acciones por la educación”, solo que en esta ocasión lo acompaña Angélica Rivera de Peña, presidenta del Consejo Ciudadano Consultivo del DIF Nacional. En las inmediaciones del Parque Ambiental Bicentenario en el municipio de Metepec, elementos policiales de los tres órdenes de gobierno vigilan con al menos una hora de anticipación la llegada de la primera dama. A pocas cuadras de la entrada principal un camión con al menos 20 militares observan a distancia la llegada de niños y padres de familia, quienes
marzo 6, 2017

En la agenda del gobernador Eruviel Ávila Villegas parece todo común y corriente, un evento más de “Acciones por la educación”, solo que en esta ocasión lo acompaña Angélica Rivera de Peña, presidenta del Consejo Ciudadano Consultivo del DIF Nacional.

En las inmediaciones del Parque Ambiental Bicentenario en el municipio de Metepec, elementos policiales de los tres órdenes de gobierno vigilan con al menos una hora de anticipación la llegada de la primera dama.

A pocas cuadras de la entrada principal un camión con al menos 20 militares observan a distancia la llegada de niños y padres de familia, quienes llenan el recinto mientras la banda de marcha toca alguna melodía en lo que todos terminan de ingresar, delante de la banda están las bastoneras, quienes intentan hacer sus coreografías con el simple movimiento de sus manos, pues “los de seguridad” no dejaron que ingresaran su instrumento distintivo.

Tampoco acceden botellas con agua, desodorantes en aerosol, paraguas ni folders. “Los que no tienen invitación háganse a un lado, dejen pasar a los que sí…”, dice un encargado de seguridad al tiempo que reparte stickers de colores a las personas de la fila, verdes para staff y prensa, rosa para los demás: “Que este lo más visible posible para que las dejen pasar allá adentro…”.

Luego, un filtro de seguridad, en una canasta de plástico piden colocar monedas, teléfonos, bolsas y chamarras, una revisión general y seguir avanzando.

El evento esta agendado a las 10:45 de la mañana, 45 minutos más tarde acceden al lugar, el cual para entonces ya registra lleno absoluto, el gobernador y Angélica Rivera. Entregan estímulos económicos y en especie a los alumnos más destacados, también se aplican vacunas a las niñas del quinto grado de primaria contra el VPH y se le corta el cabello a otra pequeña, quien lo donará para la realización de pelucas como parte del Trenzatón. ¿Te obligó alguien a cortarte el cabello?-pregunta Ávila Villegas- no, contesta la niña al tiempo que queda con una diminuta cabellera.

Minutos más tarde la esposa del presidente de México, Enrique Peña Nieto toma la palabra. Se dice emocionada de estar en la tierra de su esposo y de recibir el cariño de los presentes. “Me siento como en casa y sí estoy en casa porque aquí comenzó nuestra historia, aquí comenzamos  trabajar por todos ustedes, por nuestro México…”, afirma.

Menos de cuatro minutos duró la intervención de la ex estrella de telenovelas, “Gracias a todos por estar aquí”. Entonces guardias de seguridad vestidos de civil comienzan a rodearla. Ella, vestida de color negro camina entre los pasillos, mientras le abren paso. Selfie por aquí, beso por allá, apretón de manos más a la izquierda, foto grupal después. El gobernador se convierte en un guardián más, revisa que nadie se acerque demasiado, camina a prisa, van por otro pasillo.

Con audífonos y micrófonos los elementos de seguridad se comunican entre sí, organizan a la gente y le marcan el alto: “Hasta aquí”, “No pueden pasar”, “Déjenos hacer nuestro trabajo”, “Para atrás por favor” “Aquí hacemos otro cerco”.

Cerca de la salida un grupo de niñas de preescolar se recargan en la cinta de tela que les impide moverse porque por ahí pasará la primera dama, las maestras les indican a quien esperan y les piden que no se muevan pues ya casi se toman “la foto”.

La cuidan más que al presidente…”, señala una madre de familia, visiblemente molesta, que quiere salir del recinto, pero no se lo permiten, pues asegura: “los policías dicen que hasta que se vayan todos, pero yo ya me tengo que ir, tengo cosas que hacer, yo ni siquiera la quiero saludar…”.

A lo lejos un padre de familia grita: “Gobernador regáleme un minuto por favor…”, el mandatario lo escucha, pero hace como que no, de inmediato pide a un secretario que pongan música, dos minutos más tarde el tema de Yo soy mexiquense se escucha de nuevo. La primera dama con cara de desconcierto pregunta: ¿Para donde? ¿Por aquí salimos? Ok vámonos.

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