Toluca, Estado de México. 1 de abril de 2019.-No. Los conflictos por el agua entre San Pedro Tlanixco, localidad de Tenango del Valle y Villa Guerrero no han acabado. No terminaron con el encarcelamiento arbitrario de 6 defensores del agua de ese pueblo náhuatl, ni con la reciente liberación de tres de ellos, luego de permanecer más de 10 años prisioneros. La construcción de un pozo de 140 metros de profundidad próximo a inaugurarse sin la autorización de la Conagua podría reavivir las rencillas y, peor aún, generar represión.
“Lo que diga la Conagua no nos importa a nosotros”, dice a AD, Roberto Reyes Pérez, tesorero de agua potable de San Pedro Tlanixco, al admitir que al no contar con los permisos de la dependencia federal, esta obra hidráulica es ilícita. Sin embargo, eso no va a impedir que en este mes quede listo el pozo, cuya inversión fue de 2.5 millones de pesos aportados por los habitantes de este pueblo, hartos de que les quiten el agua, pese a que el afluente del río Texcaltenco nace en su territorio.
Aseguró que no están temerosos de lo que pueda pasar, si bien están conscientes de que podría haber actos represivos en contra de la población, como ya sucedió en el pasado cuando encarcelaron a Teófilo Pérez González, Pedro Sánchez Berriozábal, Rómulo Arias Mireles, Marco Antonio Pérez González, Lorenzo Sánchez Berriozábal y Dominga González Martínez.
Los seis fueron acusados del homicidio del empresarioAlejandro Isaak Basso, representante de la Asociación de Usuarios de Riego de Villa Guerrero, quien murió hace 16 años, el 1 de abril de 2003, al caer de un desfiladero de 300 metros, en la zona conocida como Tierra Colorada, cuando se dirigía junto con habitantes de San Pedro Tlanixco y una comisión de Villa Guerrero a hablar con el delegado de la comunidad náhuatl para llegar a una solución al conflicto del agua entre ambas partes.
Aunque siempre se argumentó que el empresario español de 60 años se resbaló accidentalmente, el proceso contra los seis inculpados estuvo lleno de anomalías, de acuerdo a denuncias de familiares y defensores legales. El caso incluso mereció la intervención de la ONU, solicitada por el Centro de Derechos Humanos Zeferino Ladrillero, cuyos abogados llevaron este asunto.
Y si bien, otra vez esperan represalias, Reyes Pérez también confía en que el gobierno federal que ahora encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador, no los va a dejar morir solos. “La Conagua podrá ser representante de las aguas, pero no es dueña del territorio donde nace”, afirmó.
De sus vecinos de Villa Guerrero dijo que si ellos quieren ir a negociar “y llevan una buena propuesta” están dispuestos a escucharlos. Aunque los acusó de que nunca han participado en el combate a incendios forestales donde nace el del río, ni en la construcción de zanjas para acumular agua, ni en ninguna actividad de esta naturaleza, y señaló molestó que “Tlanixco engorda la vaca y Villa Guerrero la ordeña”. Por eso ahora tendrán su pozo.
Su argumento es que si “las aguas son nacionales y nadie es dueño de ellas, es de quien más la necesite. Si yo la ocupo para uso público urbano y Villa Guerrero la quiere para plantas de ornato, son conceptos muy diferentes- Y en la Ley de Aguas dice que primero está el uso público urbano”.
Y es que desde 1999, la Asociación de Usuarios de Riego de Villa Guerrero obtuvo una concesión sobre las aguas superficiales del Río Texcaltenco para usarlas en la floricultura, actividad característica de ese municipio, dejando a los pobladores de San Pedro Tlanixco sin el vital líquido, que en 2002 interpusieron un amparo contra esa decisión.
Sin embargo, la muerte de Isaak Basso en 2003, fue pretexto para detener a 6 de los principales defensores del agua de este pueblo originario. Recientemente, la Fiscalía General de Justicia del Estado de México se desistió de la acción penal contra ellos, lo que permitió que apenas hace dos semanas Dominga González, Lorenzo Sánchez y Marco Antonio Pérez, detenidos desde 2006, quedaron libres.
Los otros tres: Teófilo Pérez González, Pedro Sánchez Berriozábal y Rómulo Arias Mirelessiguen encarcelados en el centro de rehabilitación social de Almoloya de Juárez, luego de que se confirmó su sentencia, al comprobarse –supuestamente- su culpabilidad en el homicidio del empresario español.
Sin embargo, la lucha por liberarlos y por la defensa del agua aún no termina.