Son las 10 de la noche con 14 minutos, Enrique Bonilla se encuentra en el segundo vagón del tren. Está a punto de bajar en la estación Olivos de la Línea 12 del Metro de la CDMX, se acerca a las puertas para descender, pero el convoy nunca llega.
De un minuto a otro todo se oscurece, las luces del Metro se apagan y comienzan los gritos de auxilio. Es el 3 de mayo de 2021 y el Metro de la Ciudad de México ha colapsado.
«Ya estaba a punto de bajar y veníamos del trabajo el 3 de mayo, me esperaban y pues a 100 o a 150 metros de llegar a la terminal de la estación siento un golpe muy fuerte, se va la luz y desafortunadamente pasó lo que todos sabemos, se cayó el Metro», narró el señor Enrique en entrevista con AD Noticias.
Al igual que muchas personas que se dedican a la construcción, el señor Enrique tenía previsto llegar a su casa para celebrar el 3 de mayo, día en que los albañiles celebran el día de la Santa Cruz.
«Desafortunadamente, cuando tuve conciencia lo primero que hice fue arañar la puerta y unos minutos después nos empezaron a auxiliar, la gente que estaba en una plaza», explicó.
Tras el accidente en la Línea 12 —que cobró la vida de 26 personas y dejó al menos 100 heridos— Enrique Bonilla dejó de trabajar en el ramo de la construcción. Ya no puede cargar objetos pesados y su movilidad es limitada, ya que cuando varias personas cayeron sobre su pierna izquierda, la cual ya no puede mover.
«Ya se me complicaron las cosas por la edad, ya no puedo cargar, subir escaleras… A veces en el hospital me daban algo de medicamento para un mes», recuerda.
Tras un proceso legal que ganó el 15 de marzo de 2023, el señor Bonilla pudo acceder a la atención médica, luego de que no estuviera en el registro de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (Ceavi) de la Ciudad de México, lo que lo imposibilitaba para tener derecho a una indemnización.
«Se apagó la luz»: Sergio Alvarado
Sergio Alvarado, de 51 años y otro de los sobrevivientes de la Línea 12, recuerda que se «apagó la luz» cuando ocurrió el accidente entre las estaciones Olivos y Tezonco.
«Desgraciadamente, no recuerdo, ya nada más le platicaba a mi esposa y a mi familia que lo único que recuerdo es que se sintió un pequeño brinco y se apagó la luz, después nada más recuerdo que me sacaron dos muchachos del vagón, me jalaron, me sacaron y me dejaron sobre el escombro que había caído», afirmó en entrevista con AD Noticias.
Al igual que la mayoría de quienes lo vivieron, Sergio regresaba del trabajo cuando ocurrió el accidente. Su familia lo esperaba sin saber lo que había pasado en la Línea 12.
«Yo venía de la colonia Agrícola Oriental, tomé el Metro hacia la Línea 8, que es el Metro Constitución, donde se hace el transbordo en Atlalilco, hacia la Línea 12 del Metro Tláhuac y había salido de trabajar apenas», recuerda.
Explica a AD Noticias que ese 3 de mayo de 2021, «la jornada de trabajo estuvo pesada».
«Tuve fractura del brazo derecho, el hombro se me rompió. De la columna tuve fisuras en la lumbar primera y tuve fractura de siete costillas», explicó a esta casa editorial.
Sostuvo que, en la actualidad, las lesiones que le dejó la caída de la Línea 12 aún le causan malestares físicos.
«Un poco nada más lo que es la columna, porque desgraciadamente yo ya no pude seguir laborando por las lesiones que yo tenía, ya desgraciadamente me limitaron a cierto peso que yo puedo levantar, no puedo levantar más de 4 kilogramos».
Antes del accidente, Sergio Alvarado se dedicaba a la instalación de cámaras de seguridad; sin embargo, a partir del colapso, perdió su empleo en la empresa donde trabajaba.
«Como todas las personas que estamos sobre este caso, estamos exigiendo la reparación del daño. Desgraciadamente, algunos licenciados dicen que queremos verlos en la cárcel. A mí no me interesa verlos en la cárcel, solo queremos la reparación del daño», finalizó.