Llega el zouk brasileño a EU

Kendra Haynes se inclina tanto hacia atrás que su larga cabellera rubia toca el piso. Lunes en Miami, cerca de la medianoche. En el C Lounge and Cigar Bar, Haynes y un puñado de personas bailan el zouk brasileño, un baile por parejas que tiene algo de tango –por la proximidad de los cuerpos–, la […]

Kendra Haynes se inclina tanto hacia atrás que su larga cabellera rubia toca el piso.

Lunes en Miami, cerca de la medianoche. En el C Lounge and Cigar Bar, Haynes y un puñado de personas bailan el zouk brasileño, un baile por parejas que tiene algo de tango –por la proximidad de los cuerpos–, la sensualidad de la bachata y algunos movimientos rápidos que recuerdan la salsa.

El compañero de Haynes la deja caer casi hasta el piso y la levanta. Luego la hace girar en círculos, mientras ella mueve el cuello y su cabello vuela en todas direcciones.

"Cuesta no ser subyugado por el zouk cuando uno lo descubre", dijo Haynes.

La música y el baile zouk, nacidos en el Caribe francés, adoptado por los brasileños y que se popularizó en América Latina y Europa, están echando raíces en Estados Unidos.

Hay clases y bailes de zouk desde Seattle hasta Nueva York y se llevan a cabo festivales en Miami y Washington. El jueves arrancaba en Los Angeles el segundo congreso anual de zouk, que se espera atraiga a cientos de personas.

"Es muy popular en Europa y también está muy difundido en Australia y toda Sudamérica", afirmó Haynes, una de las primeras instructoras de zouk de Miami. "Tardó un poco más en llegar a Estados Unidos".

La música zouk comenzó a sonar en las Indias Occidentales en la década de 1980. Se considera que el grupo Kassay popularizó los primeros temas. Es un grupo que se formó en París y combinó ritmos tradicionales del Caribe como el gwo ka de Guadalupe, el compas de Haití y el calipso de Trinidad, incorporando sintetizadores y tambores electrónicos.

"Zouk" quiere decir "fiesta" en el creole de las Antillas Francesas. La música se popularizó rápidamente en el Caribe y llegó a las radios del norte de Brasil. Por entonces causaba furor la lambada, el ritmo que llegó a ser llamado el "baile prohibido" por la sensualidad de sus movimientos. A principios de los 90, sin embargo, la lambada dejó de escucharse tanto. Y los brasileños empezaron a usar sus movimientos en la música zouk, que es más lenta.

"La música desapareció", comentó Chris McGowan, autor de "El sonido brasileño", aludiendo a la lambada. "Pero el baile siguió vivo".

Los bailarines conservan muchos de los elementos básicos de la lambada, incluidos sus fluidos movimientos del cuerpo y la cabeza. En el Caribe el zouk se baila a dos tiempos por compás, pero en Brasil se usan cuatro tiempos, lo que genera una pequeña pausa entre paso y paso.

"Tiene cosas de la lambada", dijo Shani Mayer, una israelí de 28 años que organizó los dos congresos de zouk en Los Angeles.

Mayer descubrió el zouk cuando recorría América del Sur como mochilera. Bailarina de escuela, descubrió ese ritmo luego de una clase de bailes afrobrasileños en Porto Seguro, la ciudad considerada la cuna del zouk brasileño, y le gustó de inmediato. En el 2006 regresó a Los Angeles deseosa de seguir aprendiendo ese baile, pero no encontró estudios donde se lo enseñase.

Curioseando en YouTube un día, vio una bandera israelí en un congreso de zouk en Brasil. El zouk ya era popular en Israel. Empacó sus cosas y se fue a Israel a tomar clases.

"Creo que ningún otro baile te da tanta libertad", expresó Mayer. "Me gusta que el hombre tenga total control sobre el cuerpo… la cabeza, los brazos, todo".

El zouk ha florecido a lo largo de una década en sitios tan insospechados como la República Checa y Suiza. Todos los años hay dos congresos de zouk en Holanda.

"Los holandeses son muy abiertos", expresó Charlotte Mathiessen, bailarina de zouk de Amsterdam. "No tienen miedo de llegar a conocerse. Creo que por eso este baile puede existir aquí".

En Estados Unidos, en cambio, hace tres años era muy difícil encontrar algo más que un taller de fin de semana de zouk.

"Al principio fue duro", dijo Kim Rottier, instructora de zouk de Nueva York. "Fue difícil darle impulso porque no había con quién trabajar".

A la escasez de instructores brasileños se sumaron las dificultades para encontrar el público indicado. Rottier empezó a enseñar zouk en un salón de baile. Pero el zouk es un ritmo en el que "se baila más de cerca, un poco más sensual que la mayoría de los ritmos de esos salones. Costó armar una base".

En Miami, la creciente población brasileña ayudó a popularizar el ritmo. Renato Medeiros, de 33 años, dice que vino de Brasil para estudiar culinaria en Estados Unidos hace unos siete años y que lo desconcertó el hecho de que no se enseñase zouk en Miami. No pudo bailar el ritmo por casi dos años.

Hasta que llegó un amigo de Brasil y comenzó a dar clases.

Agregó que el año pasado hubo un "boom".

"Creo que lo que gusta es la sensualidad", expresó. "El zouk es un baile muy fluido. Sientes como que estás flotando".

(Con información de AP)