1.- No con mucha firmeza, pero el tema de la inseguridad en Edomex, viene ganando algunos pequeños espacios en la discursiva oficial.
La mayoría de la gente cree que la situación es demencial.
Nuestros políticos afirman exactamente todo lo contrario.
Opuesto a lo usual, esto sí que fue raro, el propio gobernador Eruviel Ávila se ha referido al tema en público, dos veces en una semana.
En la más reciente, sostuvo que la ola de violencia es atípica y temporal.
Viejos términos reciclados de uso situacional.
Pero los datos duros, no dicen eso, las cifras oficiales a disposición de todos en el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad, ilustran.
2.- Esta frenética situación generada por la guerra para lograr el control del tráfico y mercado de las drogas, tiene un primer impacto de corte social, dramático y profundo.
Pro al mismo tiempo, hay ya un daño político para el gobernador, severamente cuestionado por la falta de resultados.
También está, por supuesto, el costo electoral.
3.- Muy significativo el espacio que dos medios profesionales, sólidos y con mucha credibilidad, dieron en estos días para resaltar la dramática y tenebrosa realidad en la entidad en un tema toral, como lo es seguridad pública.
Si fue preciso el reportaje de Proceso al dar su diagnóstico de la guerra de las drogas y sus actores, la información de Zeta fue devastadora.
La orgía de sangre sigue e insisten en mantener al gobernador Eruviel, en un sendero muy equivocado.
Deslizar que todo esto tiene un tinte político por pleitos fratricidas en el grupo de EPN, es la salida fácil, pero tonta y que nada soluciona.