Si alguien preguntara cara a cara a Eruviel si tiene pensado renunciar, su respuesta será directa y contundente: ¡no! Y no estará mintiendo, él no quiere ni tiene planeado dejar el cargo. Pero eso de ninguna manera podría significar que no se vaya. En otras palabras, si se va o no, no depende de él. El único que sí sabe si Eruviel dejará la gubernatura, es el presidente Peña.
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Sin duda el tema de hoy, al menos en el mundillo de la clase política, es la posible caída de Eruviel. Todo mundo hace sus apuestas, la mayoría en contra de el gobernador en funciones, los momios están casi 10 a 2 de que se va. Ahora todos son expertos en el tema, hacen sesudos análisis concluyen, que sí, todo hace suponer que si estrenaremos gobernado muy pronto, muchos consideran que será a más tardar en septiembre.
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El Pueblo Mágico de Chalma está hecho un basurero. Uno de los santuarios católicos más populares del país y tal vez uno de los puntos de mayor turismo en la entidad, se ve mal y huele mal. Una verdadera vergüenza. La autoridad municipal de poco o nada sirve. Nada bueno podrá esperarse para los visitantes que acudan en Semana Santa. A Chalma le urge un milagro.
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De ninguna manera puede celebrarse, como si de una buena noticia se tratara, que soldados y marinos lleguen por centenas a la entidad para hacer funciones de policía. Siempre que las fuerzas armadas están en las calles y no en los cuarteles, el régimen de libertades y los derechos humanos se ven amenazados. Los habitantes del estado, más que contentos deberían estar preocupados, no es esa la ruta al progreso.
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Tal vez por eso, al gobernador se le vio ayer enfadado. La mismas fotos oficiales que hizo llegar a las redacciones la coordinación de Comunicación Social, así lo confirman. Eruviel no se veía cómodo dando la noticia de que entregaba un terreno de 80 hectáreas, 20 camionetas y $50 millones, a la secretaría de Marina que hará parte del trabajo que no pudo hacer su policía.
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Después de días, semanas, de recibir una auténtica zurra en prácticamente todos los medios de comunicación, por fin Eruviel tuvo un respiro. Es claro que desde el DF han empezado a echarle la mano para que tenga un respiro.
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Los partidos políticos, llámese, PRI, PAN, PRD, PT, PANAL, PVEM o MC reciben todos los años carretadas de dinero que se cuentan por cientos de millones de pesos que salen de los bolsillos de los contribuyentes que pagan impuestos, que gastan esos recursos públicos a su antojo sin informar a nadie o, mejor dicho, sólo a una complaciente autoridad electoral que es mas ciega que una tapia. Los partidos políticos se han convertido en un redituable negocio en el que se gana mucho dinero y se llega al poder para seguir ganando más dinero.
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Muy pocos se cuestionan en que gastan el Partido Verde, PT, PANAL o MC, los millones de pesos que reciben en prerrogativas cada año, si no tienen estructuras políticas, ni administrativas. Sus oficinas funcionan solo de parapeto. Entelequias que no buscan acceder al poder a través del voto, convenciendo a los electores con propuestas y programas, no sino de tranzar con el adversario. Si alguien auditara su padrón de militancia, descubriría fácilmente que no tienen afiliados o son muy pocos. Todo es una simulación.
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Los más agradecidos con que Eruviel siga concentrando toda la atención mediática, son los alcaldes. Mientras al gobernador le llueve a diario, ellos hacen y deshacen sin que nadie les diga nada. El desastre, el verdadero desgobierno, está en los municipios. Corrupción, mediocridad, autoritarismo, es el signo que distingue a la mayoría de los ayuntamientos, particularmente a los del Valle de México.
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En Naucalpan, Tlalnepantla, Coacalco, Ecatepec, Nicolás Romero, Cuautitlán, Tultitlan, Chalco y Chimalhuacán, por citar algunos de los mas grandes, todos gobernados por el PRI, las historias de corrupción e ineptitud, abundan. En buena medida Eruviel paga los platos rotos de la sarta de bribones que controlan el poder municipal.
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Las cosas tampoco anda muy bien en los principales gobiernos de la derecha y la izquierda, Atizapán de Zaragoza y Nezahualcóyotl, pero definitivamente, de acuerdo a casi todos los indicadores, han hecho mejor las cosas que la mayoría de las administraciones priístas. En tierra de ciegos el tuerto es rey.
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En el Valle de Toluca sus administraciones no son como para arrancar aplausos, pero están por encima del decadente Valle de México. Lerma, San Mateo, Ocoyoacac, Tenango, Zincantepec, Calimaya, Almoloya y otros tantos pequeñitos, definitivamente están reprobados o pasan muy forzados de panzazo. Metepec podría ser el mejor. Toluca ha mejorado mucho, después del desastre de arranque.
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El sur es una tragedia, prácticamente no hay gobierno. Es la región del Estado Fallido. Prácticamente todos los municipios de tierra caliente o colindantes con Guerrero, Morelos y Michoacán, son territorio de nadie. Los cabildos son de adorno. Allí las cosas son muy similares a lo que hoy vemos en Michoacán, solo que aquí nadie se ocupa del tema.
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El primer nombre en brincar ante la ola de murmuraciones sobre la posible caída de Eruviel fue el Ernesto Nemer, pero conforme aumenta el bochinche se le van sumando otros con iguales o mas posibilidades. Primero, la Jornada dedicó parte de su columna política más influyente para poner en suerte a Luis Miranda; después, Reforma lanzó en su sección mas leída a Alfonso Navarrete Prida. Y mientras más días pasen, más tiradores se irán formando. ¿Quién no quisiera, sin mayor esfuerzo, llegar a la gubernatura del Estado de México?
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Y en medio de tanto barullo de que si se va o no, es muy curioso, digamos que hasta enigmático, el silencio que guarda sobre el tema el propio Eruviel. No ha hecho nada para disipar los rumores, si es que eso sólo eso son. Ni sí, ni no, todo lo deja en suspenso. Quien sabe si en estos casos lo más recomendable sea el mutismo que parece autismo.