“Mis tías ponían en el portal sus huacalitos, no eran ni mesas” recuerda Don Adolfo al contarnos sobre la época en la que asistía a la Feria del Alfeñique con su familia para vender sus productos. Aunque para él esta es una tradición de 80 años de antigüedad, este 2020 la pandemia lo ha rebasado y su hija Paola se encargará de sacar a flote las ventas del que prevén como el año más difícil para los García Hernández.
“Una feria atípica” es como describe Don Adolfo la edición de este 2020. Pese a que en septiembre todavía era incierto si se llevaría o no a cabo, la Feria del Alfeñique logró superar barreras y tendrá solo 54 puestos, de ese número, uno de ellos le pertenece a la familia García.
Aunque, la feria será más corta con tan solo dos semanas del 19 de octubre y hasta el 2 de noviembre, el proceso de elaboración de los productos de alfeñique comenzó desde hace 6 meses.
“Primeramente se hace una masa y se deja secar por uno de los lados 5 o 6 días y después con el lado contrario. Ya secos los unimos con betún y unas charrascas. Después esperamos otro tiempo a que se seque y con otros moldes hacemos la cabeza, la cola, las orejas, las patas. Por eso empezamos desde abril, para que en octubre nos dediquemos a adornarlos”.
La cancelación anunciada a la Unión de Artesanos Toluqueños llegó en el peor de los momentos. Paola García, hija de Don Adolfo, explicó a AD Noticias: “Primero nos dijeron que nos pondrían en plazas comerciales, sin embargo, nunca nos dijeron dónde ni que horario. Esto provocó que muchos artesanos declinaran la invitación y optaran por vender por su cuenta”.
Con todo y pandemia la familia García mantiene la producción de sus alfeñiques, calaveras de chocolate, paletas, y algunos productos como la calavera vegana que, de acuerdo a Paola, ha sido todo un éxito: “Cambiamos algunos productos como el huevo, la manteca y la leche para que la gente vegana pueda comerlos”. El pronóstico de este año es lograr ventas del 50 por ciento en comparación al 2019.
Don Adolfo asegura que fue por la presión de los comerciantes del Centro Histórico que el alcalde de Toluca accedió a llevar a cabo la feria.
“Atrae a muchas personas y ellos quieren reactivar sus negocios”.
Para los García, la apertura de la edición del Alfeñique implica gastos que rondan en los 5 mil pesos, pues tienen que comprar protección de acrílico, guantes, cubrebocas, caretas, gel desinfectante y cantidades enormes de bolsas plásticas.
“Esta tradición más o menos data de unos 90 o 100 años, inició con mis abuelos, luego mi madre y mis tías y después la tercera generación que somos mi prima y yo. Ahora la cuarta generación son mis hijos y mis sobrinos”.
A esta cantidad se suma la subida de los precios de algunos insumos: “Por ejemplo, el chocolate el año pasado estaba en 500 hoy está en 830. También tuvimos que subir nuestros precios, como estas paletitas que hace un año vendíamos en 2 pesos ahora serán en 3 o 4”, explica Don Adolfo.
Para él y su familia la importancia de esta Feria no radica solo en las ganancias económicas ya que existe toda una cadena productiva que se genera durante esta fecha. Todo está ligado, desde los alfareros metepequenses que elaboran los moldes para los alfeñiques hasta artesanos de Sultepec y Villa Guerrero que ven un escaparate en los puestos de la feria para vender sus productos.
Paola García también ha creado una página en Facebook donde promociona lo que hace su familia. Tres Catrinas es el nombre de la fan page y, hasta este martes, más de mil personas la siguen. Es a través de esta modalidad “en línea” que la familia García espera poder colocar su producto y minimizar las pérdidas.
“Ahora los que estarán al frente serán nuestros hijos, nuestros sobrinos. Nosotros apoyaremos desde aquí, empaquetando, decorando” termina Don Adolfo. En esta ocasión serán sus hijos quienes atiendan el puesto que por años él encabezó.
