Luz para los que ya no están, el arte de la elaboración de ceras

Desde hace 30 años la familia Araujo, originaria de Santa Cruz Atzcapotzaltongo en Toluca, se ha dedicado a elaborar ceras para el Día de Muertos

La flama que produce cada cera significa «la luz», la fe y la esperanza para que las ánimas puedan iniciar su camino de regreso a sus hogares cada primero y dos de noviembre y después alumbrar su regreso al mundo de los muertos.

Desde hace 30 años la familia Araujo, originaria de Santa Cruz Atzcapotzaltongo en Toluca, se ha dedicado a elaborar ese producto tradicional que se utiliza en vísperas al Día de Muertos.

«No hemos perdido la tradición porque de alguna manera los mexiquenses siguen realizando ese tributo a cada uno de sus seres queridos. Somos el único país que mundialmente celebran el Día de Muertos, no podemos dejar de lado ponerles una veladora para que ellos tengan la luz perpetua de la adoración», comentó Cirilo Araujo Martínez.

Al interior de su taller los cazos llenos de parafina se calientan a fuego lento, mientras que los pabilos cuelgan uno a uno de los aros de madera. Una vez lista la materia prima principal, los artesanos comienzan a dar forma a las velas, veladoras y ceras.

«Cada una de estas ceras van impregnadas de nuestro empeño al trabajo, de nuestro amor. No podemos quedarnos quietos, alguien necesita de nuestro producto; afuera están aquellos que quieren alumbrar a su ser querido. Santa Cruz Atzcapotzaltongo es uno los principales lugares donde se produce la cera».

El proceso es artesanal, no se utilizan máquinas. Las manos de cada integrante de la familia Araujo vierte la parafina en los pabilos y a «ojo de buen cubero», como dicen, van dándoles el grosor correcto.

NO SE LIBRAN DE LA PANDEMIA

Al igual que otros sectores, quienes se dedican a la elaboración de la cera también fueron afectados por la contingencia sanitaria por coronavirus.

«Pues está triste en cuestión de ventas y más que nuestro producto viene de China y está restringido a consecuencia de la pandemia. El año pasado estábamos trabajando normal, ahora nos disminuyó un 60 por ciento de la venta».

Este año, al interior del taller del señor Cirilo se van a elaborar un total de ocho mil ceras, contrario al 2019 en las que elaboraron más de 20 mil.

«Ahorita como están restringiendo la entrada a los panteones por la pandemia, pues no va a haber alumbramiento en los panteones. A nosotros nos han dicho que sólo le van a permitir a las personas entrar y dejar flores, pero con muchas restricciones».

Además, comenta que la parafina incremento su precio. En julio todavía se comercializaba en 29 pesos ahora su costo es ha llegado a los 35 pesos.

 «Dentro de lo que cabe el precio de cada cera no lo vamos a subir, lo vamos a mantener porque de por sí no compran, si lo incrementamos no habrá ventas».

 OFRENDAS, ÚLTIMA ESPERANZA

Para esta familia de productores de cera su última esperanza de que se venda su producto será que los mexiquenses pongan su ofrenda y con ella una veladora para cada uno de sus difuntos.

«Ahora nos compran las ceras por kilo, pero las van a repartir entre las ofrendas para cada difunto. También pasa con las veladoras, pero eso es nuestra esperanza los mexicanos no dejan de lado sus tradiciones».

Don Cirilo hace un llamado a los mexiquenses para que no dejen pasar esta fecha que nos hace no solo recordar nuestras tradiciones, sino a todos aquellos seres queridos que ya no están físicamente con nosotros.