Más allá del 10 de mayo 

Toluca, México; 10 de mayo de 2019. Más allá el discurso romántico que encierra la celebración del Día de las Madres, en México, si se mira profundo, el halo festivo se diluye por las circunstancias; por ejemplo, en el periodo de 2012 a 2015 se registraron en el Estado de México 3 mil 808 casos de […]

Toluca, México; 10 de mayo de 2019. Más allá el discurso romántico que encierra la celebración del Día de las Madres, en México, si se mira profundo, el halo festivo se diluye por las circunstancias; por ejemplo, en el periodo de 2012 a 2015 se registraron en el Estado de México 3 mil 808 casos de niñas entre 10 y 14 años cuyo embarazo fue producto de posibles relaciones sexuales forzadas, según registro de Marie Stopes México “Hijos por elección, no por azar”.

El Consejo Nacional de Población (Conapo) señala que, en promedio, las niñas entre 10 y 11 años que presentan un embarazo tienen una `pareja´ de 10 o más años mayores. Es decir, una niña de 10 años pudo ser `pareja´ de un hombre de 20 o más.

Además de las implicaciones de las posible relaciones forzadas, la Organización Mundial de la Salud considera que el embarazo adolescente es más probable en las poblaciones rurales, pobres y con menor nivel educativo y contribuye a incrementar los niveles de mortalidad y morbilidad materna.

Por otra parte, en el Estado de México se concentra el mayor número de personas con alguna discapacidad, esto es, 240,498 personas según datos del Inegi y aunque no en todos los casos las madres de estas personas llevan a cabo un cuidado especial, es verdad que quienes lo hacen deben enfrentarse a la falta de oportunidades para sus hijos y al cuidado permanente y extenuante que, en ocasiones, genera vivir una circunstancia de este tipo.

Un caso extremo es cuando al sacrificio -que dicen es inherente a las madres- se debe prolongar cuando una madre agrega o sustituye sus actividades cotidianas por búsqueda de un hijo o hija desaparecido; El Estado de México y Puebla son las entidades señaladas con el mayor número de casos; ambas acumulan 40.5 % de las desapariciones del país durante el último sexenio; el último sexenio se presentaron mas casos en Toluca: 155; Ecatepec: 123 y Nezahualcóyotl: 122.

Por otra parte, la cantidad de mujeres con hijos que son víctimas de violencia no es menor; de enero a marzo de 2019, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en el Estado de México se registraron 4,035 casos de mujeres víctimas de lesiones dolosas. 

Según información recopilada en el libro Violencia contra las mujeres en el Estado de México, de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos A.C. (CMDPDH), en términos laborales, las mujeres del Estado de México, son víctimas de diversas maneras de segregación, que representan, también, diferentes formas de violencia.

La violencia física o psicológica que se ejerce contra madres frente a sus hijos o las pocas posibilidades económicas que obstaculizan la manutención de hijos de madres solteras son elementos que deben considerarse en el análisis de la situación que quienes tienen hijos, y se hacen responsables de ellos, enfrentan. 

La imagen perfecta de la madre abnegada, sacrificada y amorosa que se anuncia principalmente con fines de consumo no es, precisamente, lo que podemos ver si miramos más allá de una estrategia comercial y de la instalación de un estereotipo que coloca a las mujeres en un pedestal cuya imagen golpea la lucha feminista por otorgarle a las mujeres roles de importancia que no involucren la reproducción.

La maternidad es real y presenta satisfacciones y problemas reales; independientemente del carácter mítico que se le ha otorgado y que conlleva el peso de los cuidados familiares y la custodia de los hijos. Las condiciones sociales y económicas tendrían que garantizar, en primer lugar, la decisión libre de ejercerla y, luego, las circunstancias para hacerlo de una manera libre, segura y alejada de estereotipos que ciñen los modos de actuar.