En el sexto episodio del Conversatorio AD, el alcalde de Izcalli, Daniel Serrano, lanzó una advertencia que resuena en el corazón de la política mexicana: el mayor enemigo de un movimiento hegemónico no está fuera, sino dentro. Entre críticas al “chapulineo”, cuestionamientos a la rentabilidad de sumar perfiles con desprestigio y la necesidad de filtros no solo para quienes llegan, sino también para quienes ya están, Serrano dibuja un retrato incómodo de Morena en su etapa de consolidación. Su mensaje es claro: el poder absoluto no solo atrae aliados oportunistas, también pone a prueba la coherencia y la ética del proyecto que lo ostenta.

MGH: ¿Cuál es tu opinión sobre este momento en el que está por el que está atravesando este partido de movimiento?
DS: «El proceso que estamos atravesando como partido tampoco era tan difícil de predecir. Cuando un movimiento como el nuestro se vuelve tan apabullante y tan eficaz en términos electorales, la oposición y los adversarios se comienzan a ver muy pequeños, disminuidos. En gran medida hay un fenómeno de varias y varios de ellos de migración hacia la fuerza ahora hegemónica y, por lo tanto, el peor adversario de un movimiento tan grande es el movimiento mismo. Está dentro, claro. ¿No? Bien, muy bien. Natural y no novedoso, además de las historias de son, particularmente de la región de las Américas. El asunto es cómo se gestiona eso que era previsible. Creo que sí tenemos áreas de oportunidad en la gestión, de estos conflictos. Una posibilidad es esto que se estableció de la comisión con la que yo tengo mis reservas. La comisión está que califica a los perfiles que van a ingresar al partido porque de suyo tiene un diseño complejo en términos jurídicos. La afiliación es un derecho político ciudadano. Si alguien se quiere afiliar a Morena y le niegan la afiliación, se va a ir a promover un juicio para la protección de sus derechos políticos ciudadanos y va a ganarle juicio, ¿no? Creo que hay otros mecanismos, hay otros modelos que opino que el partido también debería mirar, por ejemplo, los estadios para la militancia plena…




MGH: ¿Pero tú estarías por el lado de más filtros?
DS: Sí, sí debería verlos, pero no solo con los que llegan, ¿eh? Sí, con los que estamos. Claro, con los que ya estábamos desde antes. Claro. O sea, hace un momento lo platicamos, o sea, tampoco es que todos nuestros procesos de selección hayan sido maravillosos. Se nos colaron unos que, como decía el licenciado López Obrador, eh particularmente refiriéndose a algunos alcaldes, decían: «Es que hay algunos que son como el caballo de Atila, ¿no? Donde pisan no vuelve a crecer el pasto». Y tuvimos historias de esa naturaleza. Mal haríamos en no reconocerlas. Entonces, creo que hay otros mecanismos que sí hay que revisar. Creo que el movimiento ha mordido anzuelos que le envía a la derecha de forma equivocada. Por ejemplo, con este tema de quiénes llegan y el chapolineo. La gente no nos critica que alguien que viene del PAN o del PRI venga a militar. La gente critica que los hagas alcaldes, diputados, senadores es, eso es lo que la gente crítica»…
MGH: Cuando se hace eso este sin entrar en las reputaciones, ¿no? Decía que eso sería muy cuestionable. Es una especie de impunidad. ¿No?
DS: Claro, y también nos ponen en una falsa disyuntiva a veces, que también la he escuchado, ¿eh? La rentabilidad. Claro, el pragmatismo. Dices, «Es que lo que suman, bueno, siendo la fuerza hegemónica que somos hoy, habría que hacer una valoración mucho más para quienes les gusta ir a ese terreno, mucho más pragmática de qué tanto te suman. Hoy, a lo mejor, no te suman lo que nos sumaban antes. Si hubieran dado el paso hace 3 años, quizá sumaban mucho Sí, hoy más la fuerza de Entonces, Entonces hoy también valdría la pena que el propio movimiento pueda hacer una valoración mucho más pragmática de que suman. El Vienen con un desprestigio algunas y algunos de ellos. El desprestigio es equivalente a lo que suman electoralmente o ya solo te van a sumar el desprestigio. Tú serías de la posición que se tiene que revisar eso y con sí…




MGH: ¿Cuál es tu opinión sobre estos casos que se han vuelto emblemáticos de Bombí Van, ¿no? De aquellos que que les gusta darse la buena vida desde la izquierda, ¿no?
DS: Yo no veo bien qué compañeras, compañeros, gente que llega al movimiento que viene de una condición económica eh muy sólida, de repente se quiera este hacer pasar por un desposeído. A mí me a mí me parece que eso es también jugarle al impostor o a la impostora. Pero también lo contrario. O sea, compañeras, compañeros que nos conocemos de las etapas fundacionales, ¿no? Este, cuando más que recibir apoyos pagábamos para militar, ¿no? Y que ahora, pues se den estos ¿Crees que es un error lo que ha pasado? Sí, es un error, es un error, se tiene que cuidar….

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