El Estadio Nemesio Diez, conocido popularmente como «La Bombonera», cumple 70 años de ser el infierno de los Diablos Rojos del Toluca. En él se han jugado dos mundiales de fútbol, múltiples finales del torneo local y partidos llenos de emoción. Su estilo arquitectónico, similar a los estadios ingleses, lo ha colocado como uno de los más tradicionales de México.
Diversas características hacen a la Bombonera única: la cercanía de la gente con el campo de juego (similar a estadios como el Old Trafford de Manchester, el Anfield de Liverpool o al Highbury del Arsenal), sus más de 2 mil 600 metros a nivel del mar y su orientación oriente-poniente.
El estadio llamado en un inicio «Héctor Barraza», fue inaugurado el 8 de agosto de 1954 con solo una tribuna techada. El mote de La Bombonera (que comparte con el estadio de Boca Juniors, pero por razones distintas) fue dado por la similitud con una caja de bombones. Los motivos no están del todo comprobados, pero la afición se apropió del apodo.
Toluca ha sido sede de dos mundiales: 1970 y 1986. Para ambos torneos se modificó el estadio. Para el mundial de México 70, se techaron tres de las tribunas y se agregó un segundo nivel a la tribuna de Sol. La capital mexiquense recuerda ese mundial porque ahí México fue eliminado contra Italia. Además, jugaron Suecia e Israel.
Para el Mundial de 1986 se agregó el segundo nivel de Palcos, fachada que se mantuvo hasta el 2017 con la remodelación hecha por los festejos del centenario de la institución. En ese mundial se recibió a Irak, Paraguay y Bélgica que, en agradecimiento a la hospitalidad e interesado por la situación que vivían —y que todavía viven— los niños de la capital, decidieron fundar la Casa Hogar Los Diablos Rojos de Bélgica.
Un estadio mítico que con su última remodelación se colocó como uno de los más bonitos y modernos del país. Orgullo, gloria y tradición.
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