Sin discurso escrito y con coraje, María Martínez, madre de uno de los estudiantes normalistas desaparecidos el 26 de septiembre de 2014 en Iguala, le dice al presidente que no los defraude, que le habría gustado que este día –seis años luego de los sucesos– se supiera la verdad, que no es posible que la delincuencia organizada tenga más poder que el presidente.
María habla sin titubeos. Le pregunta al presidente Andrés Manuel López Obrador “¿cuándo le van a llegar a los militares?”. Dice que los policías se los llevaron, que hay videos, que actúo el C4, que dónde están esas pruebas.
María exige y seguirá exigiendo la verdad y la presentación con vida de los 43 muchachos, porque vivos se los llevaron…
Cuando termina, entrega a los integrantes del presídium, conformado por López Obrador, Alejandro Encinas y Olga Sánchez Cordero, unos lienzos bordados. “No es un regalo”, dice María, es para que recuerden que en nuestros hogares nos siguen faltando nuestros hijos.
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