La pandemia por coronavirus ha impuesto nuevos paradigmas para los negocios de comida no solo en México, sino en el mundo. Durante los primeros meses del confinamiento las ventas a domicilio experimentaron un crecimiento exponencial al igual que el uso de plásticos desechables.
Al inicio de esta administración, a través de modificaciones en el Bando Municipal de Toluca el Ayuntamiento de la capital mexiquense prohibió la entrega gratuita bolsas de plástico, unicel, popotes en cualquier comercio. La medida fue aplaudida pues representaba un paso hacia la eliminación del uso del plástico de un solo uso.
Sin embargo, con la pandemia esta medida quedó olvidada por las autoridades municipales. Durante los primeros meses de la pandemia el uso de plásticos de un solo uso aumentó hasta en un 400 por ciento asegura Derik Roa, fundador de la asociación Eco Urban.
“No ha habido vigilancia sobre el embalaje que se usa en los alimentos”, dijo Roa que además considera que el repunte en el uso de plásticos de un solo uso plantea un reto para las autoridades municipales, pero también para la sociedad civil.
“Es un tema de voluntad y mantener en la agenda pública; muchos gobiernos siguen pensando que es un tema de moda, pero es un tema extremadamente serio”, expresó Derik Roa en entrevista para AD Noticias.
Algunos negocios han optado por el uso de supuestos plásticos biodegradables, sin embargo, no existe una regulación municipal que compruebe la veracidad de estos productos, “no hay prueba de que sean biodegradables, muchos no están certificados, la mejor opción sigue siendo el usar tu propio tupper o recipiente”.
Para Derik es difícil que la solución provenga de los empresarios quienes son los más beneficiados por el uso de estos materiales que tienen costos extremadamente bajos, “hay unos jóvenes de la CDMX que acaba de presentar una propuesta para que el restaurante mande al usuario un tupper y posteriormente lo regresen”.
Con el fin de remediar la problemática ambiental que plantea el coronavirus y el uso desmedido de plásticos de un solo uso debe existir voluntad de la sociedad civil, para proponer soluciones que se ajusten a la realidad de cada ciudad, pero también voluntad por parte de las autoridades para establecer políticas públicas que busquen soluciones reales y no paliativos para enfrentar la crisis que se viene, la ambiental.