Francesca Albanese, relatora especial de la ONU para los Territorios Palestinos Ocupados, presentó el 3 de julio un informe en el que menciona a más de 60 empresas internacionales, según su investigación, estarían involucradas en el apoyo económico, logístico o militar a la ocupación israelí y a la ofensiva militar en Gaza, que ha dejado más de 57.000 muertos palestinos desde octubre de 2023.
Además, dijo que los ataques incesantes por tierra y aire, el estricto bloqueo sobre Gaza y la represión en Cisjordania, han provocado el desplazamiento forzoso de más de un millón de personas y dejado a la población civil al borde de la hambruna.

Más allá de los crímenes de guerra y las responsabilidades estatales, la relatora pone el foco en lo que define como una “economía del genocidio”: una red de empresas, universidades y fondos de inversión que, a través de contratos, tecnología y capital, hacen posible —y rentable— la maquinaria militar y de ocupación israelí.
“Lo que estoy exponiendo no es solo una lista, es un sistema. Y ese sistema debe ser desmantelado”, afirmó.
Empresas señaladas
Entre las empresas citadas en el informe se encuentran gigantes tecnológicos como IBM, acusada de facilitar al Gobierno israelí el almacenamiento y análisis de datos biométricos de los palestinos, o Microsoft, cuya tecnología ha sido utilizada en prisiones y operativos policiales.


Amazon y Google, por su parte, habrían colaborado en sistemas de gestión de datos poblacionales utilizados para el control del territorio. La estadounidense Palantir, especializada en inteligencia artificial, ha provisto plataformas para usos militares, incluidas herramientas predictivas y análisis en tiempo real de objetivos.


El sector armamentístico tiene un peso central en el informe. Lockheed Martin, principal proveedor de aviones F-35 al Ejército israelí, encabeza la lista, junto a Leonardo S.P.A. y otras más de 1.600 empresas del ramo.


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El documento también menciona la colaboración de universidades, como el Massachusetts Institute of Technology (MIT), y el programa Horizon Europe de la Comisión Europea, que han apoyado proyectos de desarrollo armamentístico. La naviera Maersk es señalada como intermediaria en el transporte de armas.



Según el texto, compañías israelíes como Elbit Systems e Israel Aerospace Industries han visto crecer sus ingresos exponencialmente desde el inicio de la ofensiva en Gaza, produciendo drones y armamento aéreo que han convertido a la Franja en “una zona de pruebas militar sin precedentes”.


Empresas dedicadas a la Maquinaria y construcción de colonias
Empresas como Caterpillar, Hyundai y Volvo han suministrado maquinaria pesada para la demolición de viviendas palestinas y la construcción de nuevas colonias en Cisjordania.



Las acciones de urbanización, consideradas ilegales por la Corte Internacional de Justicia, han contado además con la participación de firmas de ingeniería y transporte como la española CAF (Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles), implicada en el tranvía de Jerusalén, que conecta colonias israelíes con la ciudad ocupada.

La empresa vasca, asociada con la israelí Shapir, ha mantenido su participación pese a las recomendaciones del Parlamento Vasco y del Ministerio de Industria de España.
Energía y recursos
En el plano energético, el informe señala a Glencore y Drummond, proveedoras de carbón para el sistema energético israelí. También menciona a las petroleras BP y Chevron, acusadas de mantener relaciones comerciales con el Estado hebreo durante la ofensiva.




Finanzas y fondos de inversión
En el sector financiero, Albanese destaca la participación de bancos como BNP Paribas, Barclays, Allianz, así como fondos de inversión como BlackRock, Vanguard y PIMCO, que han adquirido bonos emitidos por el Gobierno israelí para financiar el aumento de su gasto en defensa, que pasó del 4,2% al 8,3% del PIB entre 2022 y 2024.






Supermercados, hoteles y universidades
También se denuncia la actividad de empresas como Carrefour, Booking y Airbnb, que operan en territorios ocupados, así como de universidades que han colaborado en el desarrollo de tecnología militar o han legitimado el régimen de apartheid mediante acuerdos académicos.



Al respecto, Israel, calificó el informe de Albanese como “difamatorio, sin fundamento legal y un abuso de su mandato”.
Mientras tanto, el sufrimiento en Gaza no cesa. Solo el 3 de julio, los bombardeos israelíes mataron a al menos 94 personas, 45 de ellas mientras esperaban ayuda humanitaria. Desde que Israel permitió la entrada de asistencia bajo un sistema gestionado por la Fundación Humanitaria de Gaza, al menos 500 personas han muerto intentando acceder a la comida, muchas de ellas tiroteadas por el Ejército en los puntos de reparto.
“La vida en Gaza se destruye día a día”, concluyó Albanese. “Y muchos, demasiados, están lucrando con ello”.

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