El Órgano Superior de Fiscalización del Estado de México (OSFEM), al igual que los del resto del país, carecen de autonomía para rendir cuentas, son entes sujetos a los intereses partidistas y de los gobiernos; además los diputados encargados de vigilar que cumplan con su trabajo no cuentan con la preparación, sentenció Aldo Muñoz Armenta, académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex).
A unos días de la entrada de los diputados y diputadas de la LXII Legislatura mexiquense, podrían darse cambios en la organización interna del Poder Legislativo: los titulares del OSFEM, Miroslava, Carillo, así como áreas clave: Contraloría, Dirección de Comunicación Social, Secretaría de Asuntos Parlamentarios, sin terminar los cuatro años para los que fueron designados.
De acuerdo con la Ley Orgánica del Poder Legislativo del Estado de México, es facultad de los diputados cambiar a los titulares de las áreas, a través de acuerdos emanados de la Junta de Coordinación Política.
¿El OSFEM a quién le rinde cuentas?
Para el académico Aldo Muñoz Armenta, aunque desde el 2009 existen leyes claras para fiscalizar el gasto de los estados y municipios, pocas son las entidades que las acatan, además encuentran maneras innovadoras de evadir observaciones y hacerse de recursos no fiscalizables.
No solo eso, detalló, los titulares de los entes fiscalizadores son designados acorde a los intereses partidistas de los legisladores.
Lo que se puede observar a nivel nacional es que cada uno de los OSF tiene su manera de fiscalizar y dar a conocer esa información, por lo que resulta difícil evaluar sus resultados.
Para el académico, el hecho de que sean los mismos diputados quienes vigilen que el auditor superior cumpla con su trabajo es una contradicción. Más aún cuando se trata de personas que no cuentan con la preparación y conocimientos para hacerlo, lo que hace imposible hablar de una autonomía en los Órganos de Fiscalización.
De acuerdo con la página de la LXI Legislatura, la Comisión de Vigilancia del OSFEM está integrada por todas las bancadas; la preside la priista Evelyn Osornio Jiménez, quien de acuerdo a su ficha curricular, se desempeñó en cargos de Desarrollo Social, Turismo y como delegada federal, pero no hay registro en el tema de rendición de cuentas.
Aldo Muñoz Armenta expresó que si nos ponemos a revisar el currículum de estos diputados, vamos a encontrar que no son los idóneos. Esto no solo ocurre en la entidad. En Chiapas, cuando Manuel Velazco fue gobernador, su primo presidía esta comisión. Sí, un familiar era quien le revisaba las cuentas.
Otra situación que impide a los Órganos de Fiscalización revisar las cuentas es la presión que viven al asignarles recursos y personal, lo cual muchas veces no les permite publicar los informes de las auditorías completas, hay censura por parte de los legisladores y del propio gobernante en turno.
En muchos estados las auditorías también son negocios. Un ejemplo fue el caso de auditorías en San Luis Potosí, donde los diputados que integraban la comisión de vigilancia les “recomendaban” empresas externas a los presidentes municipales para que no tuvieran problemas a la hora de rendir cuentas.
Hablamos de complicidad y hasta delitos que no se van a denunciar porque los diputados quieren exponer sus cuentas, las del gobernador o de alcaldes de su mismo partido.
El OSFEM, afirmó, como todos los organismos de esta naturaleza en el país, no es autónomo y no rinde cuentas a los ciudadanos. Prueba de ello es que nadie ha pisado una cárcel como resultado de la revisión y observación de este organismo.
Finalmente, el académico expresó que ahora que está la discusión nacional para desaparecer a los Órganos Autónomos, las legislaturas deberían realizar por lo menos una reforma para dotar a los órganos fiscalizadores de “dientes” para verdaderamente sancionar a quienes se hacen ricos con recursos públicos.
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