El denominado “Otoño mundial”, término con el que se ha agrupado a las diversas protestas que este año se han realizado en diversos países, guarda varias similitudes con la “Primavera árabe” del 2011. La represión de las manifestaciones ejercida por los gobiernos es una de las semejanzas más importantes, según el portal euronews.
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Las manifestaciones en Hong Kong, Chile, Nicaragua, Bolivia, Haití, Francia, España, Colombia están motivadas, principalmente, por el nivel de vida, la corrupción y la contestación política. Durante una entrevista que Geneviève Garrigos sostuvo con Euronews la especialista de Amnistía Internacional reconoció que no recordaba algún otro momento en el que hubiera tantas protestas en todos los continentes.
“En general los manifestantes protestan de forma legítima por la salvaguarda de sus derechos sociales, económicos y culturales […]. ‘En algunos países como Egipto, el Líbano o Irak se protesta contra una corrupción que atenta contra los derechos’”.
En Francia, Chile o Nicaragua, por ejemplo, una de las causas más fuertes que alimenta las movilizaciones sociales es la lucha por el nivel de la vida. Así, los nicaragüenses, por ejemplo, luchan contra la reforma de las pensiones; en Chile, la población se alza contra las desigualdades, pero también contra los problemas que acarrea el cambio climático.
La política es otro de los estandartes en las manifestaciones: “lo vemos en Hong Kong, en Cataluña o en Bolivia, donde las protestas comenzaron por sospechas de fraude electoral”. En esos países se cuestiona tanto la manera de gobernar, como la forma en que se está integrando -o no- a la población.
Las reacciones por parte de los gobiernos respectivos también han sido similares en los países donde ha habido manifestaciones. En ese sentido, tanto Amnistía Internacional como Human Rights Watch coinciden en que la violencia, “con excesivo uso de fuerza, detonaciones, incluso muertes” ha sido la estrategia de las autoridades.
Al respecto, Geneviève Garrigos considera que este tipo de reacciones por parte de los gobiernos son “una represión extremadamente violenta, que tiene como objetivo castigar y crear miedo en los manifestantes, lo vemos de forma cada vez más sistemática. Intentan dar miedo para cortar de raíz las protestas”.
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