Nada le ha hecho tanto daño a Toluca como el pacto de impunidad entre los partidos que se han alternado desde el 2000 en el gobierno. El PRI le entregó al PAN y el PAN le devolvió al PRI y el PRI entregó a Morena y Morena le regresó al PRI, pero nunca se ha tocado la galopante corrupción. Unos a otros se han perdonado todo. Morena vuelve al gobierno con Ricardo Moreno y lo menos que debe hacer es ir tras los corruptos. La alternancia política de nada ha servido a los ciudadanos toluqueños. Unos y otros los han defraudado y engañado. Si todo sigue igual será una tomadura de pelo más. Ojalá y no.
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Jorge Pérez Zamudio se fue del Estado de México con la deshonra de la defenestración por usar recursos públicos para dañar mediáticamente a la entonces candidata de Morena a la gubernatura, Delfina Gómez. Sorprendido con las manos en la masa, Alfredo del Mazo lo despidió. A pesar de tan negro antecedente, el también morenista gobernador de Yucatán, Joaquín “Huacho” Díaz, lo ha contratado para llevar asuntos de comunicación en su gobierno. Algo parecido a lo que hizo Layda Sansores en Campeche llevándose al panista Jorge Luis Lavalle. Allá ellos y su mala cabeza.
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Desde hace bastante tiempo Ricardo Sodi perdió la mayoría en el Pleno del Tribunal Superior de Justicia. Mantuvo control administrativo, pero no político. Los magistrados se articulan independientemente en bloques, existen al menos tres. Al presidente de la transición lo propondrá la minoría mayor que deberá construir consenso con, al menos, 27 magistrados. Sodi no los tiene, ergo, él no resolverá —como pretende hacer creer a algunos ingenuos desde que se hizo pública la cortesía de los otros dos poderes, Ejecutivo y Legislativo—, después de aprobada la reforma, para que la decisión se construya en el Poder Judicial.
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Los próximos jefes de policía en los municipios tendrán que pasar por el filtro de la Secretaría de Seguridad del Gobierno federal. El factor Harfuch inhibirá la connivencia entre políticos y crimen organizado en los ayuntamientos, al menos esa es la idea. Será interesante observar qué alcaldes se resisten a esa medida, será tanto como una confesión de parte.
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El PRI no es tema de interés público, bueno, ya ni mediático. Los cambios en la dirigencia estatal pasaron desapercibidos para la mayoría de las personas y en los medios de comunicación, apenas si fue tema marginal.

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