Horas antes de la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos París 2024, la compañía ferroviaria francesa SNCF informó que su red de trenes alta velocidad ha sido objeto de «actos vandálicos» destinados a paralizar el sistema de transporte. Este ataque se concentró principalmente en los trenes de alta velocidad TGV.
Como resultado, varios trenes fueron cancelados y se formaron largas filas en las estaciones de tren de París, afectando a aproximadamente 800 mil viajeros en los próximos días. La presidenta regional indicó que solo este viernes hay al menos 250 mil viajeros afectados, por lo que recomendó a la población evitar las estaciones ferroviarias.
El primer ministro francés, Gabriel Attal, describió lo sucedido como «actos de sabotaje» realizados de manera «preparada y coordinada contra las instalaciones de la SNCF». En un mensaje en la red social X, resaltó que el impacto es «masivo y grave». Añadió que las fuerzas de seguridad están trabajando para identificar a los responsables del sabotaje. Las autoridades lograron prevenir un cuarto ataque incendiario en la línea hacia Lyon y el Mediterráneo. Hasta el momento, nadie se ha adjudicado la responsabilidad.
Jean-Pierre Farandou, director de SNCF, explicó que los sabotajes se enfocaron en las intersecciones de la red para causar el mayor impacto posible, dañando cables de señalización cruciales. Los trenes de alta velocidad en Francia, que alcanzan 300 km/h, atraviesan principalmente áreas rurales, lo que hace que su infraestructura sea vulnerable. Farandou señaló que los atacantes provocaron los incendios en «conductos que transportan múltiples cables de fibra óptica» que transmiten «información de seguridad para los conductores», según la agencia AFP.
La Fiscalía de París ha iniciado una averiguación sobre el sabotaje, investigando «el deterioro de propiedad que amenaza los intereses fundamentales de la Nación». Este delito puede conllevar penas de hasta 15 años de prisión y multas de 225 mil euros (unos US$244 mil).
Para los Juegos Olímpicos se han desplegado 45 mil policías y gendarmes que se unan a un grupo de 10 mil soldados, creando el mayor campamento militar en París desde la Segunda Guerra Mundial. Desde este campamento, se prevé que las fuerzas de seguridad deberían poder llegar a cualquier sede olímpica en 30 minutos.

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