A más de cien días del paro que mantiene suspendidas las actividades académicas en diversos espacios de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), las mesas de diálogo se han desarrollado sin la participación del personal docente ni administrativo. La interlocución se ha concentrado en las autoridades universitarias y las asambleas estudiantiles que encabezan el movimiento.
Las decisiones clave —desde la toma de instalaciones hasta la redacción de pliegos petitorios y la organización de encuentros con la rectoría— han recaído exclusivamente en estudiantes. En las asambleas que dirigen el paro no se contempla la inclusión de profesores o trabajadores, lo que ha dejado un vacío de representación para quienes, pese a mantenerse activos en tareas administrativas o parcialmente en clases virtuales, han quedado fuera del diálogo formal.
Elección de rectora
La última ocasión en que se convocó a toda la comunidad universitaria a un proceso consultivo fue la elección de la actual rectora, Martha Patricia Zarza Delgado. Desde entonces, las resoluciones que impactan de forma directa al personal académico se han tomado sin su intervención.
Algunos docentes han sido mencionados por sectores estudiantiles en contextos de denuncia —por presuntos casos de acoso, deficiencia académica o por no “representar a la comunidad estudiantil”—, pero fuera de estas referencias su voz no ha tenido presencia en el debate institucional. Esto contrasta con la magnitud del conflicto y el alcance de sus efectos en la vida universitaria.

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Pese a la suspensión de actividades, los salarios del personal académico y administrativo se han pagado sin interrupción, lo que ha evitado un conflicto laboral paralelo. Sin embargo, entre quienes imparten cátedra o sostienen parte del funcionamiento interno de la universidad persiste la sensación de aislamiento, al no participar en las propuestas de solución ni en los acuerdos que definirán el futuro.
En este escenario, la exclusión del profesorado de las negociaciones plantea interrogantes sobre la gobernanza universitaria y sobre cómo se reconfigurará la vida académica en la UAEMéx, donde uno de sus pilares ha quedado, por ahora, al margen.

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