El deterioro del parque Simón Bolívar en Toluca, un espacio que alguna vez fue punto de encuentro para familias, estudiantes y visitantes del centro histórico, se ha convertido en un reflejo de la falta de mantenimiento en el espacio público de la capital mexiquense.
A pesar de su ubicación estratégica —a unas calles de la terminal de autobuses y rodeado de actividad comercial— el parque muestra hoy la misma imagen de abandono que hace un año documentó AD Noticias: juegos infantiles oxidados y rotos, muros con grafitis, estructuras de concreto maltratadas y basura que empaña la vista en casi cada rincón.






En 2024, un recorrido de este medio constató el deterioro de la zona, en donde se encontró deterior y falta de atención por las autoridades locales. Un año después, el panorama no ha cambiado.
La visita realizada en estos días arrojó prácticamente el mismo resultado: las bancas lucen despintadas, las áreas verdes mal cuidadas y los juegos de los niños y niñas no son la excepción, están descuidadas






El parque, bautizado en honor a una de las figuras más importantes de la independencia latinoamericana, se enfrenta hoy a una contradicción: mientras su nombre evoca libertad y dignidad, sus condiciones exhiben abandono y descuido institucional.
La ausencia de acción en este espacio urbano no es un caso aislado, sino un síntoma de cómo los parques y plazas de la ciudad, concebidos como espacios de convivencia, se erosionan con el tiempo ante la falta de políticas públicas sostenidas.






El Parque Simón Bolívar, con todo su potencial histórico y cultural, sigue siendo testigo de la indiferencia. A un año de distancia, la fotografía es la misma: basura, muros desgastados y un silencio administrativo que se prolonga más allá del paso de las estaciones.

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