Peña Nieto se toma un tiempo; persisten los problemas

El presidente Enrique Peña Nieto anunció desde el 3, y hasta el 8 de agosto, la suspensión de actividades públicas, con motivo del período vacacional. Ello quiere decir, según la interpretación del diario La Jornada, que el mandatario mexicano tomará vacaciones, aunque la presidencia indicó que estará al tanto de los temas del país "y […]

El presidente Enrique Peña Nieto anunció desde el 3, y hasta el 8 de agosto, la suspensión de actividades públicas, con motivo del período vacacional.

Ello quiere decir, según la interpretación del diario La Jornada, que el mandatario mexicano tomará vacaciones, aunque la presidencia indicó que estará al tanto de los temas del país "y al frente de su responsabilidad nacional".

Durante el último año el gobernante cubrió una amplia agenda internacional que le llevó a países de varios continentes, cumbres incluidas, y a suscribir acuerdos económicos, comerciales, educativos e incluso contra el crimen organizado, entre otros.

Peña Nieto se reunió con numerosos líderes mundiales y expresó su condena a los actos terroristas que se han repetido en este lapso.

El jefe de Estado se toma su tiempo luego de un año bien agitado, por las protestas de maestros opuestos a la reforma educativa y los efectos del entorno internacional en la economía y el presupuesto nacional, que fue recortado.

Son problemas diarios e irresueltos, incluso la procuración de justicia en el caso de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, desaparecidos el 26 de septiembre de 2014 en Iguala, cuyos familiares y organizaciones sociales siguen reclamando.

También cuando el país vivió el último fin de semana la secuencia más violenta de los últimos años, que afectó a una decena de estados del país, con más de medio centenar de muertos, sumados agentes de seguridad y del Ejército.

La violencia registró en las últimas dos semanas la muerte de tres alcaldes en varios estados del país, lo cual obligó a una reunión la víspera entre el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio, con dirigentes del opositor Partido de la Revolución Democrática (PRD) sobre el tema de seguridad de alcaldes y otros cargos, en peligro por el accionar del crimen organizado.

Osorio es el segundo en la escala de mando del gobierno federal y, a todas luces, sus vacaciones están suspendidas, sobre todo porque la cartera a su mando está dando la cara a temas de seguridad y mantiene las negociaciones con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).

La CNTE prometió mantener, y lo hace a diario en varios estados, sus bloqueos y diversas formas de protesta contra la reforma educativa en el período vacacional, otro asunto que le concierne al Secretario de Gobernación tanto por mantener el orden como para continuar las pláticas con el sector magisterial opuesto a esa ley constitucional, aprobada por el Congreso.

El titular de Gobernación anda en la cuerda floja entre la CNTE y las protestas del sector empresarial que acusa pérdidas millonarias por las acciones del sector magisterial disidente.

Mientras tanto, la última actividad pública del mandatario mexicano fue la juramentación del director general de la Comisión Federal de Electricidad, Jaime Francisco Hernández, a quien le tocó asumir el aumento de los precios del servicio eléctrico para el sector industrial, comercial y el alto consumidor doméstico, en medio de críticas populares y políticas.

Su sucesor, Enrique Ochoa, fue elegido (¿la mano presidencial?), como presidente del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), tras la renuncia de Manlio Fabio Beltrones.

Ochoa asumió el cargo luego de los malos resultados del PRI en los comicios del 5 de junio pasado, donde esa agrupación política perdió siete de nueve gobernaciones y otros cargos de elección popular.

Resulta el escenario en el que el gobernante mexicano merece un tiempo de descanso, aunque los problemas nacionales continúen.