“No se trata de hablar de creencias en este mundo global, se trata de hablar con conocimiento de causa y sé que los maestros saben, conocen pero no se convierten en el transformador social que la sociedad espera de ellos, porque también han aprendido a estirar la mano para obtener plazas sin esfuerzo, se han vuelto corporativos de estructuras político sindicales, para obtener plazas de directores, supervisores, coordinadores, subdirecciones regionales, entre otras, que no les cuestan, motivo por el cual se adecuan al mundo de confort.
Sin embargo, los maestros tienen el suficiente conocimiento para generar la transformación de la sociedad, lo verdaderamente catastrófico es que aun teniendo los referentes epistémicos no orientan a los grupos sociales de su entorno, esto si es terrible, ¿Entonces para qué fuimos maestros?”.
Manifiesta el maestro Antonio Hernández Ortiz, Secretario de Organización para el Desarrollo Académico, del Sindicato Unificado de Maestros y Académicos del Estado de México (SUMAEM), respecto a la entrevista a Francisco Cruz Jiménez, autor de los libros “Los Juniors de Poder”, “Negocios de Familia”, “Tierra Narca” entre otros y Miguel Alvarado editor de la revista “Nuestro Tiempo”, realizada el miércoles tres de febrero de este año, en el programa “Maestro, tu voz, es la voz de la libertad”, que emite cada semana el SUMAEM, visible en las redes sociales.
Agrega que “mucho se ha escuchado de la Reforma Educativa pero como tal, es un Reforma Administrativa que ha destruido la imagen del docente, si bien sabemos que hay malos maestros, también los hay excelentes, así lo ha demostrado la historia. Sin embargo, hoy en nuestra sociedad, el maestro se ha mostrado temeroso ante los embates destructivos de los medios de comunicación.
La sociedad necesita que los maestros les orienten, les ayuden para salir de la ignorancia y la pobreza, en la que 55 millones de mexicanos están inmersos; por cometarios de unos Abogados Federales en materia civil en una plática en Coacalco el 9 de enero, decían que “en las manos de los maestro está el cambio”.
En este mismo sentido Francisco Cruz señala que los maestros deben “asumir ese poder de transformar a nuestra sociedad, pero no lo hacen porque tienen temor, ya que lo primero es asegurar el bienestar de su familia”.
En diálogo por separado, con el mismo tema, una maestra del municipio de Tenango, entre tristeza y enojo reflejados en su rostro, dice “cómo vamos a transformar a la sociedad, ahí tengo a mi tía, es maestra, está por jubilarse, pero es una de las que reparten despensas, por los doscientos o trecientos pesos que la dan al final de cada elección, quizá se justifique por esa miseria que le dan, pero cuando va a entender que su papel de maestra no es esa, que pedir el voto para alguien o para un partido la denigra y nos denigra a todos los maestros, no entiende, le he dicho que se haga respetar, porque eso es una ofensa, además pierde todo respeto que pudo haber ganado de sus alumnos de otros años, siempre termina diciendo que primero está su familia, luego lo demás…”.
Querido lector, el maestro más cercano a Usted, ¿cómo es?, sólo reproduce o es transformador ─esté es el poder que tiene el profesorado y quizá no lo sabe─, quedamos en espera de su amable comentario.
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