Presentan becarios cortometraje del pueblo otomí
Toluca, México, 21 de agosto de 2019. Sara, Elizabeth y Abraham hablan de K´ani como se habla de la casa propia, y quizá lo es; K´ani, entre otomíes, quelites y recuerdos es su documental, el que ellos –y otras cinco personas– hicieron posible con la intención de mostrar, en torno al quelite, aspectos de la cultura otomí: su cultura. Este documento cinematográfico se realizó una vez que ganó la quinta edición del Concurso estatal de cortometraje y guión cinematográfico Otopame 2018, al que convocó la Secretaría de Cultura del Estado de México y la federal con un presupuesto total de
Toluca, México, 21 de agosto de 2019. Sara, Elizabeth y Abraham hablan de K´ani como se habla de la casa propia, y quizá lo es; K´ani, entre otomíes, quelites y recuerdos es su documental, el que ellos –y otras cinco personas– hicieron posible con la intención de mostrar, en torno al quelite, aspectos de la cultura otomí: su cultura.
Este documento cinematográfico se realizó una vez que ganó la quinta edición del Concurso estatal de cortometraje y guión cinematográfico Otopame 2018, al que convocó la Secretaría de Cultura del Estado de México y la federal con un presupuesto total de 1.4 millones de pesos, según se indica en el boletín de prensa de la Secretaría de Cultura mexiquense CS/514; los elegidos recibieron un premio de 100 mil pesos que fue utilizado –60 por ciento– para la adquisición de equipo y –40 por ciento– para requerimientos de documental.
Sara Jerónimo es la directora y guionista; Elizabeth Jerónimo, responsable de la música y Abraham Ávila, director de fotografía; son jóvenes y cercanos a la idiosincrasia otomí, ellas son originarias de Temoaya –donde se filmó el documental– y él de San Andrés Cuexcontitlán, ambas entidades otomíes ubicadas al norte del Estado de México.
Hablar de la casa tiene sus ventajas porque se le conoce bien: “la mayoría de la gente que fuimos somos gente muy cercana”, dice Abraham; la directora entiende el idioma otomí y la encargada de la música –que tiene una formación académica– conoce los sonidos de casa.

Fotografía: cortesía de Sara Jerónimo
Ellos afirman que su trabajo no rescata nada pero sí visibiliza a las comunidades a través de su día a día; son jóvenes de descendencia otomí que están creando cine profesional, dicen, que muestra las vivencias cotidianas de las comunidades que, como toda manifestación cultural, están en proceso de cambio y están vivas.
Esta “especie de autorretrato”, dice la directora, “habla del quelite como una forma de recordar a los abuelos y a las abuelas que tuvieron mucho conocimiento y que simbolizaron y simbolizan muchas cosas para la comunidad”; es una mirada desde dentro: desde la comida, la familia, con la intención de hacer reflexionar al espectador.
Dos convocatorias hicieron posible la realización de K´ani, así como de Montaña de brujas y El coyote y el fuego. Seis jurados, entre cineastas y realizadores, ganaron una convocatoria previa y eligieron a los realizadores de estos tres proyectos, a quienes asesoraron y acompañaron durante el proceso.
Los talleristas seleccionados, en el caso de K´ani fueron Salvador Martínez y Alejandro Ramírez Álvarez, quienes acompañaron a los creadores en la capacitación, producción y postproducción, así como en la obtención de los productos, incluyendo el diseño de arte del disco; habrían tenido seis meses para realizar el documental pero un retraso en la entrega de los estímulos les dejó sólo tres meses de trabajo.
Sara Jerónimo habla del documental como de su casa pero aún no ha dejado entrar a nadie, lo hará el jueves 22 de agosto, a las 17:00 horas, en el auditorio del Museo de Arte Moderno del Centro Cultural Mexiquense, cuando se lleve a cabo la entrega de reconocimientos para los ganadores y los jurados.
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