Ningún gobierno progresista puede no impulsar la educación pública gratuita, particularmente la superior. Negarle más fondos a la UAEMex, como se plantea en el presupuesto 2024, es un contrasentido, por decir lo menos. Castigarla financieramente para cachondear con fondos al Instituto Electoral del Estado de México, no es solo conservador, llega al extremo de lo retardatario y se coloca en las antípodas de la transformación que propuso a los mexiquenses la 4T.
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La secretaria de Finanzas, Paulina Moreno, y los diputados locales de Morena, mínimamente deben argumentar de cara a la sociedad sus razones para no darle más dinero a la principal universidad pública del Estado de México, mochándole 400 millones de pesos de su solicitud original. No actúan como mujeres y hombres de izquierda.
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El rector Eduardo Barrera tendría que encabezar una defensa más vigorosa y firme de los intereses universitarios, aunque ello signifique tensar las relaciones políticas con el nuevo gobierno. Puede iniciar explicando a la comunidad qué significa que le reduzcan 75 por ciento la solicitud de más fondos, por ejemplo.
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Por supuesto que el fantasma de la llamada “Estafa Maestra” ronda en el ambiente y pesa en el ánimo de quienes diseñan y autorizan el presupuesto, pero es un error castigar a la institución por las conductas de las personas que la han dirigido.
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Si lo que pretende el gobierno es ahorrar, podría meter tijera en otras partes de la administración pública que francamente son imprescindibles por inútiles, como el sistema anticorrupción, organismos y comisiones buenos para nada. La gobernadora es una maestra formada en sistema público educativo, seguramente hará que se rectifique.

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