La paradoja del cambio: se fue el PRI del gobierno, pero se quedaron los priistas. Sí, la administración pública estatal tendrá desde septiembre cerebro morenista, pero con corazón tricolor. La cantidad de empleados con origen o filiación priista son más que los morenistas, petistas o verdes. Cambiar para seguir igual.
*
El comentario de esta columneja sobre el desempeño aprobatorio del secretario de Gobierno para mantener las condiciones de gobernabilidad en todo el territorio estatal ha sido desautorizado por las voces autorizadas del pensamiento crítico y… quizá, por la inevitable realidad. Que las cosas funcionen, argumentan, es atribuible más al conductismo que a la acción de Horacio Duarte. Un solo problema no ha sido resuelto, evalúan. Todo sigue igual que antes, rematan. Lo que hay es lo que recibió, no más.
*
El contexto es de temporada electoral, de contienda interna. Eso explica lo que se escucha y ve en estos días. En Morena, hay mano negra repitiendo los padrones de conducta de los partidos que combatía, se quejan y lamentan sus propios militantes. La disputa por el poder es aditivo para sacar de las personas su lado oscuro.
*
Dos de los integrantes del gabinete han logrado tomar la atención mediática: Daniel Sibaja y Andrés Andrade. El secretario de Movilidad es hoy una de las figuras más conocidas del gobierno. El secretario de Seguridad es el segundo en ese orden. El que se mueve sí sale en la foto.
*
La cantidad de delmacistas que continúan es sus puestos es grande. Algunos hasta un ascenso han logrado en el nuevo gobierno. Sí, es obvio e incontrovertible que con Delfina también ganaron.