“No prohibimos un género musical, lo que planteamos es que las letras no hagan apología de un grupo delictivo”. Así respondió la presidenta Claudia Sheinbaum este lunes tras los disturbios en la Feria del Caballo en Texcoco, Edomex, donde el artista Luis R Conriquez decidió no cantar narcocorridos ante el riesgo de ser sancionado.
La molestia del público fue inmediata: abucheos, destrozos y un debate que reavivó el papel de la música en la normalización del crimen organizado.
Además, añadió que la prohibición no resuelve el problema: «A veces, cuando se prohíbe algo sin un proceso, la gente sigue cantándolo. Nuestra postura, independientemente de lo que decida cada municipio y estado, es construir un consenso social en contra de la apología de la violencia.»
Para Sheinbaum, es fundamental fomentar una conciencia colectiva que aleje a los jóvenes del crimen organizado como opción de vida.
¿Qué dice la ley en Edomex?
El Código Penal del Estado de México, en su artículo 211 Bis, castiga con hasta seis meses de prisión y 60 días de multa a quienes hagan apología del delito o inciten públicamente a cometerlo. Esta medida aplica para cantantes, promotores y organizadores de eventos públicos.
El gobierno estatal ha reforzado su vigilancia en ferias como las de Texcoco, Metepec y Tejupilco, donde advierte que no se permitirá la exaltación de grupos criminales a través de música, imágenes o mensajes.
¿Por qué se aplicó esta medida?
Sheinbaum justificó el enfoque como parte de una estrategia educativa: evitar que el crimen sea una aspiración para las juventudes. “Estamos en un proceso donde todos debemos contribuir a no hacer apología de la violencia”, declaró.
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El contexto: violencia real, no solo en canciones
En 2024, el Estado de México registró 1,964 homicidios dolosos, con un promedio diario de cinco asesinatos. Este dato representa una reducción respecto a 2023, cuando se contabilizaron 2,254 casos, es decir, 290 homicidios menos (una disminución del 12.87%)
En enero de 2025, la entidad reportó 144 homicidios dolosos en los primeros 27 días, lo que equivale a un promedio de 8 asesinatos al día.
A pesar de estas cifras, el Estado de México se mantiene entre las entidades con mayor incidencia de homicidios dolosos en el país.
El debate no es nuevo, pero la respuesta gubernamental ahora tiene marco legal, discurso presidencial… y consecuencias directas sobre los escenarios.

Reacciones: entre el respaldo y la crítica
Uno de los primeros artistas en pronunciarse fue Luis R. Conriquez, conocido por su repertorio de corridos. Antes de su presentación en la Feria del Caballo en Texcoco, expresó en redes sociales:
“Entramos a una nueva etapa, mi gente. Sin corridos ni nada de eso. Se siente feo no cantar lo que la gente quiere, pero nos sumamos a la causa de cero corridos y pa’ delante”.
Pese a la intención, su presentación terminó en disturbios. El cantante confesó desde el escenario sentirse incómodo por no interpretar su repertorio habitual, lo que desencadenó la inconformidad del público. Al finalizar el concierto, volaron objetos al escenario y hubo destrozos en el recinto.
El gobierno mexiquense respondió con un llamado a evitar menciones al narco o actos violentos en canciones, imágenes o videos durante eventos masivos.
La conversación en redes: libertad de expresión vs. responsabilidad social
En redes sociales, la medida ha generado un debate polarizado. Algunos usuarios celebraron la iniciativa como un paso necesario para frenar la normalización de la violencia:
“Una medida muy importante para los chavos de hoy, ojalá y la cumplan en todo el Estado de México y en la República Mexicana”.
Otros, en cambio, consideraron que se trata de una política moralista e ineficaz:
“¿Y si sancionan a los narcotraficantes primero?”, escribió un usuario.
“¿Dónde queda la libertad de expresión? Cada quien escucha lo que quiere”, expresó otro, cuestionando lo que consideraron una visión clasista sobre la cultura musical popular.

El debate también exhibió una brecha cultural: mientras algunos rechazan la estética del corrido moderno, otros señalan que el fenómeno de la narcocultura no se limita a la música, sino que también está presente en series, películas y otras expresiones mediáticas.

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