Prometer no compromete

Prometer no compromete
Una manera de avanzar en la solución es, de una vez por todas, destronar a los políticos que llegan al poder engañando

Quizá la sensación de vulnerabilidad, enojo, tristeza, en una palabra, de impotencia, no signifique nada para las políticos que ocupan un cargo de representación popular, pero para la inmensa mayoría de la población mexiquense es la angustia del día a día.

Los ciudadanos de a pie, los que no solo no tienen el privilegio del uso de vehículos oficiales, sino que ni en sueños pueden adquirir un auto, moto o bicicleta, están condenados a hacer uso del transporte público, tienen a diario que jugarse la integridad y la vida como si de una ruleta rusa se tratara.

En estas semanas, como desde hace mucho, crudamente se han mostrado al público en general videos de asaltantes que suben a los autobuses y combis, donde con lujo de violencia despojan de sus pocas pertenencias a los pasajeros sin respetar la presencia de mujeres y niños, es más, aprovechándose precisamente de ello.

El que durante muchos años los habitantes del Estado de México hayan tenido que sufrir el flagelo de la delincuencia no implica, ni debe implicar, un destino irreversible.

Sin embargo, una manera de avanzar en la solución es, de una vez por todas, destronar a los políticos que llegan al poder engañando, jugando con la esperanza de la gente, que en este caso y en esta Entidad Federativa, han prometido seguridad y no han cumplido.

Cabría preguntarse ¿cuántos de los pasajeros asaltados o de sus familiares directos votaron porque creyeron y los engañaron? o peor aún, ¿cuántos se abstuvieron de ejercer su derecho a elegir y dejaron en manos de terceros la situación que ahora se continúa sufriendo?

Por un lado, votar o no votar tiene consecuencias para el ciudadano y por la otra, de parte de los políticos, prometer no compromete, están instalados en la comodidad de que pase lo que pase, los colores que defienden ganan.

Parece que ya llegó la hora de decir basta, si no cumplieron sus promesas, que no nos vuelvan a ver la cara y si los que vienen también incumplen, que sepan que la consecuencia será su despido, vía la consulta de revocación de mandato o la próxima elección.