Puerta al verano

Heinlein no solo es el mejor escritor americano de ficción especulativa, sino el mejor de su género en el mundo.

Robert A. Heinlein es un nombre clásico en la clásica época dorada de la ciencia ficción: desde que enviara su primer relato, en 1939, a John W. Campbell, editor de la mítica “Astounding Science Fiction”, su trayectoria literaria despegó, y se mantuvo en lo más alto durante décadas. Múltiples premios (incluidos varios Hugo y Locus), cincuenta millones de ejemplares vendidos y diversas adaptaciones a cine y a tele después, Heinlein es todo un referente de la literatura especulativa. El propio Stephen King afirmó que “Heinlein no solo es el mejor escritor americano de ficción especulativa, sino el mejor de su género en el mundo. Permanece hoy en día como marca de fábrica para todos los interesados en la ficción norteamericana”.

Y, de entre su vasta obra, sobresale “Puerta al verano”, una envolvente y trepidante historia sobre las paradojas que implica el viaje en el tiempo: Dan Davis, un ingeniero cuya creación (un hacendoso robot) tiene un potencial enorme, es traicionado por su prometida y su mejor amigo; tras ello, es criogenizado para permanecer dormido hasta el año 2000 (los hechos ocurren en 1970), cuando despertará para urdir un plan no solo para vengarse y recuperar lo perdido, sino para cambiar el devenir de la historia.

El título del libro es una bella metáfora: durante el frío invierno, Pet, el minino a quien Dan quiere más que a una mascota, busca, entre todas las puertas de la casa, cuál es la que le abriría el paso hacia un veraniego paisaje, en lugar del gélido y nevado horizonte que se despliega tras cada apertura.

Una muy entretenida historia, que se disfruta en un santiamén.