Que paguen los más ricos

Tan sólo en Latinoamerica se estima que unos 45 millones de personas caigan en pobreza a causa de la pandemia

Impuestos más altos para los más ricos y las empresas altamente rentables

La semana pasada comentamos en este mismo espacio el retroceso que la pandemia por Covid-19 representó en materia de combate a la pobreza en buena parte del mundo, pero principalmente en Latinoamerica. Cerrábamos nuestro texto con la observación de que, ante un panorama tan desalentador, resulta indispensable fortalecer sistemas fiscales más justos, que redistribuyan la riqueza que sí se está generando el mundo, pero que se encuentra concentrada en un puñado de super millonarios, en tando que millones y millones no tienen seguro ni siquiera qué van a comer mañana. Vale la pena recordarlo porque, precisamente en la semana que acaba de concluir, parte de la cúpula del Fondo Monetario Internacional (FMI) ha hecho un llamado de atención en el mismo sentido.

El responsable fiscal del FMI, Vitor Gaspar, señaló que, ante los incrementos brutales en el gasto público que han debido hacer los gobiernos de todo el orbe para enfrentar la crisis por la pandemia, es necesario obtener financiamiento que evite un mayor incremento en los niveles de déficit y deuda pública, para lo cual propuso hacerlo con “impuestos más altos para los más ricos y las empresas altamente rentables”.

Así es, la crisis ha llegado a tal nivel en el mundo que el mismísimo FMI está aceptando que la riqueza debe ser redistribuída por los gobiernos a través del cobro de impuestos progresivos: el que más gane que pague más. De acuerdo con las estimaciones del mismo FMI el incremento en el gasto público a causa de la pandemia podría ascender a 11. 7 billones de dólares, lo cual equivale a 12% del PIB en el mundo. Sí, un dineral casi inimaginable.


Resulta indispensable fortalecer sistemas fiscales más justos, que redistribuyan la riqueza que sí se está generando el mundo, pero que se encuentra concentrada en un puñado de super millonarios


¿En qué se ha ido todo este dinero? Bueno pues, desde luego en los servicios de salud, en los estímulos para reactivar la economía, en seguros de desempleo y otro tipo de apoyos a la gente más necesitada, entre otras cosas. Y se vienen aún gastos mayores para evitar los re-brotes, para las campañas de vacunación y en general para compensar el desequilibrio generado por la suspensión de actividades económicas. Dadas estas condiciones, la recomendación que abiertamente hace ahora el FMI es aumentar el gasto público y mantener los estímulos económicos hasta, por lo menos, que exista una vacuna o tratamiento efectivo, y para financiarlo proponen aumentar los impuestos a los ricos.

Lee también: Pandemia, vuelve a la casilla uno

La recomendación es explícita en el sentido de que los sistemas recaudadores de impuestos deben asegurarse de que “las corporaciones paguen lo justo” y, en general, los gobiernos deben eliminar gastos innecesarios. El sentido de “justo” hace alusión a quellas industrias que han seguido incrementando su rentabilidad en el marco de la pandemia. No es un secreto que durante la cuarentena ni una sola de las 25 mayores fortunas del mundo ha menguado. Uno de los más beneficiados, de acuerdo con la revista Forbes, fue Facebook. Pero igualmente Amazon, Tesla y otras empresas, sobre todo del ramo tecnológico, han incrementado sus ganancias sin siquiera invertir: en los mercados bursátiles, con el incremento de sus acciones, han incluso duplicado sus capitales.


Que se paguen impuestos en función de la rentabilidad es un principio fiscal básico, pero que hoy se vuelve urgente aplicar de manera estricta para enfrentar la crisis ecomómica global


En tanto, como lo señalábamos la semana pasada con base en las cifras disponibles, el hambre en el mundo no ha dejado de crecer y, tan sólo en Latinoamerica se estima que unos 45 millones de personas caigan en pobreza a causa de la pandemia. Además, la mayoría de las economías nacionales de esta región están a expensas de que se genere la vacuna y/o tratamiento especializado contra la Covid-19 para tener un poco de certidumbre y estabilidad económica.

Que se paguen impuestos en función de la rentabilidad es un principio fiscal básico, pero que hoy se vuelve urgente aplicar de manera estricta para enfrentar la crisis ecomómica global. No es gratuito que el FMI esté recomendando lo ya mencionado: está en juego la viabilidad de la economía en el mundo. Para evitar el colapso total es necesario que “la mano invisible del mercado” reciba orientaciones de parte del Estado. 

En México se han dado pasos estimulantes al hacer que corporaciones de diversa índole paguen miles de millones de pesos en impuestos que históricamente se habían rehusado a pagar. Nada menos la semana pasada Ricardo Salinas Pliego, han sido obligado por los tribunales ha pagar unos dos mil millones en impuestos que adeudaba y se suma a la lista de Femsa, Wallmart, América Móvil, IBM y otras más a las que el actual gobierno federal está obligando a pagar sus impuestos. 

El FMI internacional está haciendo un llamado a todos los gobiernos del mundo para ampliar la base impositiva, reduciendo exenciones fiscales, aplicando límites más estrictos a las deducciones fiscales de los ingresos personales y mejorando la cobertura tanto de registros tributarios como en la presentación electrónica de declaraciones. No será fácil para todos los gobiernos aceptar esta “invitación”, pues ejecutarla requiere contar con un grado de legitimidad política que les respalde y no en todos los casos existe. En los que sí, como en México, para este tipo de cosas es que debe emplearse.