Según Roy Campos de Consulta Mitofsky: “No es posible saber quién ganó el debate al momento de su término; se requiere un periodo de reflexión y de asimilación por parte de los ciudadanos y encuestas pre y posdebate para conocer los movimientos que genera en las preferencias”.
Además, añade: “En el posdebate veremos a los voceros de cada candidato magnificar los errores del adversario y reforzar el mensaje de su representado; los veremos defendiendo con enjundia por qué su candidato “ganó”, aun sin saber bien a bien cuántos puntos sube o cuántos baja”.
Por ende, como en este medio no se quiere manipular, sino ayudar a un voto masivo e informado, no se caerá en la tentación de decir quién ganó hasta tener evidencias definitivas de ello.
Pero, además, en el debate de las dos candidatas a la gubernatura del Estado de México del día de ayer, se deben considerar al menos tres antecedentes:
- De un lado, el PRI-PAN-PRD y Nueva Alianza crearon una gran expectativa de que se iba a arrasar, si no se comprueba el impacto anunciado, como se ha explicado de manera técnica, aunque se sumen algunos, se pierden puntos.
- Se hizo público, previo al debate, un video donde se escucha presuntamente a la candidata del PRI decir: “Tomen su lugar en la batalla y hagan lo que saben hacer, para bien o para mal. Queremos constancia de mayoría, no de buena conducta. Salgan y ganen la elección, que tienen mucha candidata y tendrán mucha gobernadora”.
La semilla de la duda respecto a que se recurrirá a lo que sea para imponerse está sembrada y tendrá su impacto.
- Circuló en redes, dos días antes del debate, la estrategia del PRI para, inmediatamente acabado el evento, declarar ganadora a su candidata, lo que puede calificarse como la crónica de una manipulación anunciada.
Ante tal panorama, hay que decir claramente que aún nadie gana nada y parafraseando a Mario Ruiz Massieu —cuando denunció que importantes integrantes del PRI bloqueaban las investigaciones que él realizaba– “los demonios andan sueltos”. Yo añadiría: y heridos; que al que le quede, se ponga el saco.