No sale de una y cae en otra. Raymundo es como un rey Midas… ¡pero al revés! Todo lo que toca pudre. El daño que está haciendo al municipio es incalculable, no debería permitírsele continuar en el gobierno. Su caso es para revocación de mandato por más que delire con su reelección.
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La semana anterior, Grupo Imagen, de Olegario Vázquez, enfocaron sus baterías contra el fallido alcalde toluqueño, a quien no solo señalaron de incompetente en todos los servicios informativos de Cadena 3 y Excelsior, ahora también de corrupto, como anterior lo han hecho otros muchos medios. El desprestigio de Raymundo es lastimoso.
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Consigo mismo tenía Raymundo para echar por la borda el mayor encargo de su carrera política, pero quizá para evitar dolor y hacerlo rápido se rodeó del peor equipo de comunicación e imagen de que se tenga recuerdo. Para darse una idea del nivel, son peores, más bizarros que las zarigüeyas de Juan Rodolfo. Ahora sí que cada quién con su, cada cual.
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En el ocaso del delmacismo dos imágenes tan válidas como descriptivas: Una, un grupo de mujeres indignadas que reclaman la libertad de sus hijos o familiares injustamente presos lapidan a jitomatazos el Palacio de Gobierno en protesta a la indiferencia oficial a sus reclamos. La otra, en Twitter -hoy X- a fuerza de recursos materiales y humanos viralizan el hashtag promocional del sexto, el último informe de gobierno con el que Alfredo del Mazo se despide. Dos caras de la misma moneda.
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La conducta del décimo segundo regidor de Toluca, Omar Garay Garduño, ejemplifica muy bien la deontología del Partido del Trabajo. Nadie bien informado debería darse por sorprendido, fue colocado allí por Óscar González, socio desde hace mucho de las empresas políticas de Raymundo, Pepe Manzur, Isidro Pastor y otros. Todos ellos integran al mismo grupo de interés, que por cierto se preparara para ir por Metepec otra vez.