En Toluca, pocos se han dado cuenta de que el alcalde no está

En Toluca, pocos se han dado cuenta de que el alcalde no está
Su ausencia es imperceptible para la mayoría de los toluqueños

En Toluca, pocos se han dado cuenta de que el alcalde no está. Solo una muy pequeña minoría sabe que dejó botado el trabajo para escapar de la ley que lo busca para ejecutar una orden de aprehensión en su contra por el delito de secuestro. Su ausencia es imperceptible para la mayoría de los toluqueños. El gobierno municipal sigue funcionando y en todo el territorio hay gobernabilidad. El fugitivo Raymundo “N” es absolutamente prescindible para la administración pública de la capital.

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Las miradas acusatorias se posan sobre la fiscal regional del Valle de Toluca, María Elena Corral Huitrón. Hacia su oficina señalan —con más conjeturas que con pruebas— como el lugar de donde se fugó la información sobre el operativo para detener al presunto delincuente Raymundo “N”, permitiéndole así la fuga. Poco se sabe sobre ella, su historial y vínculos, aunque hay quien la recuerda como la agente de ministerio público que llevó el mediático caso de “#LordRollsRoyce”, que hasta ahora mantiene en la cárcel a Emir Montalvo. Ese asunto la acercó al entonces secretario general de Gobierno, José Manzur, unos de los personajes más cercanos política, económica y afectivamente al hoy alcalde prófugo. 

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El silencio que guardan los diputados toluqueños Braulio Álvarez, Gerardo Lamas, Mónica Álvarez, Melissa Vargas y Teresa Castell, sobre la fuga del alcalde toluqueño imputado por secuestro, es obsceno y vergonzante. Como representantes populares hacen el papelón. Callan como momias sobre la conducta del presidente municipal que debería escandalizar hasta el más moderado. Después de este silencio, su autoridad moral y política quedará por debajo de cero.

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Los casos de Toluca, Santiago Tianguistenco y Almoloya de Juárez, con alcaldes querellados por diferentes delitos, deberían mover a la sociedad a pensar y repensar sobre en qué tipo de personas hemos depositado el gobierno. Una mala persona no puede ser un buen gobernante. Lo más preocupante es que ese tipo de ediles no son los únicos ni los peores. Hay mucha maldad infiltrada en el servicio público.

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Higinio Martínez topó con pared en Ecatepec. Fernando Vilchis le ha plantado cara y está convertido en la horma de su zapato. Fernando ya le ha ganado en otras disputas cuando han medido fuerzas y es probable que el próximo año vuelva a hacerlo, logrando el escaño en el Senado y cerrándole el paso a la diputada Azucena Cisneros.