Desde que dejó la gubernatura del Estado de México en 2017, Eruviel Ávila Villegas no ha ocupado cargos dentro del gobierno estatal, pero tampoco se ha alejado del tablero político. Hoy, como diputado federal por el Partido Verde, el exgobernador intenta reconstruir una red de poder que le permita recuperar influencia en los 135 municipios mexiquenses, ahora a través de la creación de un nuevo partido político local: PODEMOS.
Aunque el Partido Verde le permitió integrarse a la llamada Cuarta Transformación y obtener una curul en San Lázaro, no le ofrece el margen de maniobra ni el control territorial que tuvo durante su sexenio. Por ello, el exmandatario busca un vehículo político propio, uno que —a diferencia del PVEM— le permita incidir en candidaturas, estructuras municipales y decisiones estratégicas a nivel local.
La maniobra se construye junto a Pepe Manzur, uno de los operadores históricos del PRI mexiquense y figura cercana a Enrique Peña Nieto, con quien forjó una relación política desde los años del Grupo Atlacomulco. Ambos apuestan por un partido que, sin confrontar abiertamente al actual gobierno, orbite dentro del bloque político que respalda a la gobernadora Delfina Gómez.
La presidenta del Instituto Electoral del Estado de México (IEEM), Amalia Pulido Gómez, confirmó que PODEMOS es la única organización que actualmente cumple con las condiciones para avanzar hacia su registro como partido local. La agrupación ya realizó al menos 84 asambleas —el mínimo legal requerido— y se encuentra en proceso de alcanzar la meta de 33 mil personas afiliadas.
En el ámbito político local, este avance no pasó desapercibido. Versiones coinciden en que el proyecto cuenta con el respaldo de dos figuras clave. La primera, de manera visible, es Cristian Campuzano, exdirigente estatal del PRD, quien tras la pérdida del registro nacional de su partido quedó sin una plataforma clara de operación. La segunda, de forma más discreta, es Pepe Manzur, quien aportaría estructura, contactos y operación política de alto nivel.
Campuzano busca conservar poder tras el colapso del PRD y sus conflictos internos; Eruviel Ávila intenta reconstruir la influencia que tuvo como gobernador; y Manzur aparece como el articulador de una estrategia que combina experiencia priista con pragmatismo político en tiempos de la 4T.
La figura de Manzur adquiere especial relevancia por su cercanía histórica con Enrique Peña Nieto, expresidente de México y artífice del último gran ciclo de poder del PRI en el Estado de México. En ese contexto, dentro de la propia Cuarta Transformación ha generado inquietud la posibilidad de que, de manera indirecta, Peña Nieto vuelva a jugar en el tablero mexiquense, ahora desde un partido que acompañaría —y no confrontaría— al gobierno de Delfina Gómez.
Algunas voces del Edomex sostienen que Cristian Campuzano podría fungir como el rostro público o “fronting” de PODEMOS, mientras que el verdadero peso político y la toma de decisiones recaerían en Eruviel Ávila, Pepe Manzur y, de manera indirecta, Enrique Peña Nieto. Bajo esta lógica, el reciente viaje del expresidente a México —quien suele residir entre Madrid y República Dominicana— fue leído por actores locales como una señal que no pasó desapercibida.
Si PODEMOS logra consolidarse como partido político local, el Estado de México podría presenciar una reconfiguración silenciosa del poder, donde viejos actores encuentren nuevas formas de incidir en el presente político de la entidad.
Con información de la Política Online
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