No es el género, es el proyecto. Lo que debe orientar el relevo en la rectoría es la propuesta; si proviene de una mujer, ¡combo ganador! La Universidad Autónoma del Estado de México debe replantearse hacia dónde se dirige, aprovechar los tiempos de cambio y sacudirse por completo la monserga neoliberal que la ha obnubilado por largo tiempo. La educación no puede estar solo al servicio del mercado ni seguir concibiendo a las personas como simples recursos humanos.
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Las compras para los programas sociales alimentarios son un suculento negocio que muchos apetecen. El gobierno ha lanzado una licitación pública nacional con un valor de 2,200 millones de pesos para la adquisición de despensas, en la que, extrañamente, solo se presentó un oferente —DYPASA—, asegurando así la adjudicación sin competencia, igualito a como se hacía en el régimen anterior. La oficial mayor, Trinidad Franco, está obligada a dar explicaciones, transparentar el proceso y evitar sospechas e intrigas.
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Hablando de explicaciones, alguien debería rendir cuentas de los 33 millones de pesos que se etiquetaron en los presupuestos de 2024 y 2025 para la quimérica Jefatura de Gabinete y Proyectos Especiales, creada exprofeso para Higinio Martínez, pero que él nunca ocupó. En 2024 se asignaron 16 millones de pesos que nadie supo dónde quedaron, y para este 2025 se aprobaron 17 millones más. Algo está jodidamente mal.
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Hay priistas indignados por la camionetota blindada que se compró la nueva presidenta, Cristina Ruiz, y que —afirman— pagó con recursos del propio partido, el cual atraviesa una de las peores crisis económicas de su historia. “No puede ser —refunfuñan— que haya presidenta rica y partido pobre. O todos coludos o todos rabones.”
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