Respirar y morir

La exposición a la contaminación del aire urbano puede aumentar el riesgo de mortalidad a corto plazo. Es una afirmación que se ha venido haciendo reiteradamente desde los centros de investigación especializados en los temas ambientales y de salud. Muchos estudios se ha realizado en distintos países a lo largo de décadas y sus resultados […]

La exposición a la contaminación del aire urbano puede aumentar el riesgo de mortalidad a corto plazo. Es una afirmación que se ha venido haciendo reiteradamente desde los centros de investigación especializados en los temas ambientales y de salud. Muchos estudios se ha realizado en distintos países a lo largo de décadas y sus resultados han sido consistentes con esta firmación. Sin embargo, esta semana se publicó un trabajo macro, realizado de forma simultánea en 652 ciudades de 24 países distintos (incluído México, con 8 zonas urbanas), cuya conclusión es que sí existe un vínculo entre la mortalidad diaria por enfermedades respiratorias y cordiovasculares y la presencia de partículas suspendidas (PM), sobre todo aquellas cuyo diámetro aerodinámico es de 10 micras o menos (PM10), así como las más “finas”, con tamaño no mayor a 2.5 micras (PM2.5).

Los resultados de esta investigación, publicados a través de un artículo incluido en la más reciente edición de la New England Journal of Medicine(se puede consultar aquí: https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMoa1817364), afirman que la concentración media anual de PM10 en 600 ciudades del mundo sometidas al estudio fue de 56 microgramos por metro cúbico entre 1986 y 2015; en tanto que la de de PM2.5en 500 ciudades superó los 35 microgramos por metro cúbico. Tales niveles –argumentan los autores del estudio– elevan el riesgo de mortalidad para quienes padecen enfermedades respiratorias o cardiovasculares: “La contaminación es el detonante. Hace que mueran días, meses o incluso años antes”.

Estos niveles de concentración de partículas a los que se refiere el estudio se queda muy cortos comparados con los que experimentamos día a día en el Valle de Toluca. La Red de Monitoreo Atmosférico que mide al calidad del aire en nuestra ciudad reporta en sus informes mensuales que los niveles más bajos de concentración de PM2.5 por metro cúbico este año ha sido de 82 (en el mes de junio, cuando las lluvias “limpian” un poco de partículas el aire), pero llegamos a tener 115 en el mes de enero. Por lo que respecta a la concentración de PM10la concentración más baja ha sido de 65 (en el mes de julio), pero en enero fue de 128. La misma Red tiene una escala para calificar esos niveles de concentración de partículas suspendidas (una mezcla de polvo, polen, hollín, humo, etc.) y nos dice cuando la calidad del aire es buena, regular, mala, muy mala o extremadamente mala.

En el periodo enero-julio de este año, en el valle de Toluca hemos tenido 154 días con mala calidad del aire, 5 días con muy mala calidad y 1 con extremadamente mala calidad; los restantes 51 días ha sido regular. Estos niveles ubican a la Zona Metropolitana de Toluca como una de las regiones más contaminadas del país y quizá del mundo. Consecuentemente, los niveles de riesgo para la salud son muy altos. 

[jprel]

No se nos puede olvidar que este año se suspendieron clases y se tomaron algunas medidas en los meses iniciales del 2019 por los altos niveles de contaminación. A inicio de este mes el Congreso local hizo un exhorto a los titulares de las Secretarías del Medio Ambiente, Movilidad y Salud, para que “implementen en conjunto y en particular, desde el ámbito de sus respectivas competencias, políticas públicas que permitan la mitigación de la contaminación ambiental, en pro del mejoramiento de la calidad del aire y de la protección a la salud de los mexiquenses”. ¿Les harán caso? ¿Harán algo realmente distinto en esta materia? 

¿Y nosotros, qué hacemos? Parece que todos somos “quietistas climáticos”, como dice Bruno Latour, que confiamos en que “sin hacer nada todo terminará por solucionarse”. Este estudio que comentamos ahora es el mayor trabajo realizado hasta la fecha sobre el impacto de la contaminación del aire en la salud de las personas. ¿Hacen falta más evidencias para que entremos en estado de verdadera emergencia? De no tomar medidas políticas, legales, económicas, sociales, de salud para atender el problemadebe quedar claro que la consecuencia es la muerte, el deceso de miles de personas.

 

 

 

 

 

 

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