En el Mercado 16 de septiembre, local 613, “Las Güeras”, restauran figuras de yeso de niño dios y confeccionan ropa para ellos; la familia que lo atiende: Hugo Terrón, su esposa y sus hijas, venden productos relacionados con una tradición católica que se ha llevado a cabo durante años pero que este 2 de febrero se ve mermado en las ventas debido a la pandemia que asola al mundo desde hace poco más de un año.
En ese local, de marzo a diciembre, se venden frutas pero cuando se acerca el 2 de febrero lo que se vende responde a la demanda de una tradición que consiste en ataviar al niño dios con distintas vestimentas: San Judas, San Benito, San Francisco, el señor del Huerto, o con otras relacionadas con la época: ha llegado a ser futbolista o médico, incluida en este caso la careta y el cubrebocas y muchas otras caracterizaciones.
La celebración culmina con la presentación de la figura de yeso, vestida por el dueño o algún padrino, en una misa, en evocación a la presentación del niño Jesús en el templo de Jerusalem que se consigna en el Nuevo Testamento. El documento religioso Desde la fe menciona “que el 2 de febrero la Iglesia conmemora el momento en el que María, acompañada de José, fue al templo de Jerusalén para cumplir con el rito de purificación y para presentar al Niño Jesús al templo como también marcaba la ley: que a los cuarenta días de nacido, todo varón judío debía ser presentado en el templo”.
Si bien vestir al Niño Dios es una tradición popular y no forma parte de la liturgia de la Iglesia, sí es una actividad económica que representa el sustento de algunas familias; en Toluca existen puestos establecidos, como es el caso de Las Güeras y otros móviles que, tradicionalmente, se colocan afuera de los mercados o en tianguis temporales, por ejemplo en del Jardín Zaragoza.
Este año, debido a la pandemia provocada por el virus Sars-cov-2 los puestos no serán colocados como antes; aunque algunos lo han hecho de cualquier manera, como es posible observarlos afuera de las iglesias de ciertas colonias, sin embargo, las ventas están disminuidas: en 80 por ciento, afirma Hugo, quien no sólo restaura a las figuras en esta época sino en todo el año, dice que en esta contingencia han restaurado unas 30 figuras y vendido unos 30 trajes, cuando en años anteriores se restauraban y vendían alrededor de 90.
Los dueños y trabajadores de los más de 25 mil establecimientos comerciales formales de mayoristas y minoristas que, según información del Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas, existen en Toluca y han podido mantenerse funcionando, han tenido que adaptarse a las condiciones que ha permitido la pandemia, han tenido que sortear la enfermedad y resolver necesidades como la ausencia de clases de sus hijos, su cuidado y una crisis económica que no se mira lejos de terminar.